No recuerdo haberme reído tanto con una serie de dibujos. Esta serie es un contrapunto a las que he visto. Es ágil, entretenida, tiene personajes interesantes, es irónica, icónica y hasta bucólica. Los personajes jamás te los esperas, el pequeño Honey es un luchador nato y le encantan los peluches, la protagonista es la chica pobre del grupo y todos le piden el almuerzo, el seductor se pasa el día llorando por los rincones y plantando setas, y los gemelos no aceptan que entre ellos exista alguna diferencia. Dicen que cuando una serie o un libro son buenos, nunca se es lo suficientemente viejo para no leerlos y aunque está enfocada a los niños animo a cualquiera a engancharse a su humor crítico y absurdo. Habrá gente que conecte con las situaciones y otros que no, pero eso ya es otro tema.