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Voto de George Michael Bluth:
4
Intriga. Drama Un atajo imprevisto provoca que una mujer, en plena búsqueda de un modo de romper con su novio, tenga que reconsiderar toda su vida.
12 de abril de 2023
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Me preocupan y me inquietan muchas de las cosas que muestra Charlie Kaufman en esta película. Añado que también me preocupa mi propia posición como espectador que contempla “Estoy pensando en dejarlo”.

Por un momento, recuerdo que quería verla. No recordaba realmente el título, pero algo vino a mi mente de modo fugaz y dije, ostras si esta cosa estaba dentro de alguna de esas listas que tengo con películas pendientes. Todo esto sucedía, justo en ese momento que te pones a buscar infinitamente algo que ver, y terminas dedicando más tiempo a buscar, que a ver. Creo que se cruza un ecuador, en el que buscar se convierte más en sufrimiento y lastre que termina generando grietas conyugales, que en un disfrutar del tener el tiempo para uno mismo y divertirse con una buena, o mala pero divertida, película.

Como contexto, debo aclarar que no sé el motivo, pero creí tener un recuerdo sólido de que era una película de terror, quizás el trailer, quizás el poster, vete a saber, pero ha sido bajo este marco conceptual que durante 90 minutos, esperé que se desarrollara en unos tropos comunes del cine de terror, que parecían desplegarse con precisión a lo largo de una buena parte del metraje. Obviamente, toda la puñetera escena de la presentación de los padres, sirve como leña al fuego del refuerzo de estas ideas con esa sensación de amenaza permamente.

Ya había algo en el ambiente que nos hacía creer que era un "Get Out", que nunca llegaba a manifestarse ante nosotros. Ahora hablo en plural porque he visto esto con mi novia. Mi novia es real, no me la he inventado en mi lecho de muerte y simulado en mi cabeza una paja mental del día que la conocí y terminamos teniendo una relación y se la presenté a mis padres.

Esos 90 minutos iniciales, que se reparten entre el viaje en carretera más desperante de la historia del cine y unos descartes de una cena en familia de Hereditary, como espectador, atravieso todos los estadios del dolo.

En el curso de estos 90 minutos, solo hemos seguido viendo la película para recibir una recompensa como espectadores. Descubrir el "misterio" que se esconde tras ese guión embustero, pretencioso, ampuloso, sobrerrecargado y pueril es lo que nos ha motivado como personajes. Pasados esos 90 minutos, tras teorizar más de la cuenta sobre las posibles causas de los comportamientos de los personajes, que si está en coma la protagonista, que si es un telépata que controla a los que le rodean, que si es un sueño, que si es una fantasía en la que están atrapados bajo el yugo de una suerte de mad doctor, etc... He perdido la esperanza.

Esa explicación sobre la que montar un significado para comprender de qué iba toda esta patochada se desvancecía. El Sueño de Resines, no se nos aparecía. Atrapando la atención no por los patéticos diálogos sino por la búsqueda imperturbable de una resolución satisfactoria al quedar todavía 40 minutos de gilipolleces sin tener que ir a buscar un texto aclaratorio o un vídeo con acento latino que te explique el siginifcado de lo que estás viendo sea lo que te propulse como espectador hasta el final. Si fuera una fiesta, me habría ido hacía mucho.

A veces pienso, que uno recurre a este tipo de ayudas, los explicativos, no porque el producto que visiona en si sea indescifrable, sino por la pereza de darle demasiadas vueltas a algo, que independientemente de la explicación que se le dé, te suda los cojones ampliamente, porque nada de eso justifica el tostón que te acabas de comer. A mi esto me pasa con Le Mépris, que ya puede ser todo lo que quieras de una versión moderna de La Odisea, que esos 35 minutos de discusión insufribles en el apartamento te los puedes meter en el culo junto con todo este intelectualismo francés gélido en lo emocional y febril en lo verborreico y machista como solo Bertín Osborne puede configurar la idea del macho muy macho en los bares, y la mujer muy mujer en su cocina y Dios En El Cielo Todo Chachi En La Tierra.

Siguiendo con esta turra filmica, en un punto, mentan a David Foster Wallace, y en mi cabeza se enciende una luz, primera pista real; hostia, la persona que ha dirigido esto, es de Nueva York, esto apesta a ese tufillo narcicista, de intelectual de saldo y autocomplaciente de Woody Allen. Parece escrito por una persona pedante que se cree más lista de lo que realmente es... Esto es una obra masturbatoria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
George Michael Bluth
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