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Voto de Kyrios:
6
Thriller. Romance Nick, un joven surfista, cree que todos sus sueños se han hecho realidad cuando va a Colombia a visitar a su hermano. En un ambiente idílico de lagunas azules y blancas playas, Nick se enamora perdidamente de la bella María. Todo parece perfecto hasta que Nick conoce al tío de la joven, un tal Pablo Escobar. (FILMAFFINITY)
4 de abril de 2015
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Después de diversos documentales, entre los que podríamos destacar 30 for 30: The Two Escobars (Los dos Escobar, 2010) y una serie de televisión Pablo Escobar, el patrón del mal (Pablo Escobar, el patrón del mal, 2012) llega la gran producción sobre uno de los criminales del narcotráfico más admirados y temidos de la historia. La película, titulada Escobar: Paradise Lost (Escobar: Paraíso perdido, 2014) se centra en la figura del capo desde un punto de vista externo y nos presenta algunos de los momentos más célebres del personaje, especialmente el auge de su imperio criminal y su caída (que no aparece consumada pero si se deja en ciernes).

El director es Andrea di Stefano, quien se le conoce especialmente por su faceta de actor, y que con esta película, que es su opera prima, se pasa al terreno de la dirección. En algunas entrevistas realizadas[1], el director habla sobre la manera en cómo se ha enfocado el Biopic, porque no es una película sobre la vida de un criminal más, que relata hechos personales punto por punto, sino que el punto de vista, como decía, está presentada desde una tercera persona. Viendo el resultado final y la complejidad de la figura de Pablo Escobar, parece que era la mejor idea. La inclusión de un personaje que ofrece una visión externa está basada en un hecho real, aunque el filme lo modifica en muchos aspectos cruciales. El personaje en realidad era de origen italiano, y no canadiense como nos muestra la película, y tampoco tuvo ninguna relación sentimental con ninguna familiar de Escobar, si bien es cierto que consiguió acceder al círculo de amistad de Escobar y que consiguió que este le encomendara una misión importante (y envenenada).

Lo que parece evidente es que el guión de la película está elaborado siguiendo una estructura triple, por la que muchos tonos y géneros diversos se van sucediendo distintamente. Nuestro protagonista es Nick, quien interpreta Josh Hutcherson. Es un surfista canadiense, que con la imagen preconcebida y tópica del paraíso que suponen las playas de Colombia, decide realizar un viaje junto a su hermano para establecerse allí. En Colombia conoce a María, quien interpreta Claudia Traisac. Esta es ni más ni menos que la sobrina de Pablo Escobar.

Esta primera parte es un romance amoroso, contada a modo de flashback (la película se inicia in media res) aderezada con algunas pinceladas menores de thriller. Di Stefano nos sumerge en lo que parece un sueño ideal, pero que poco a poco irá mostrando su cara más oculta. Escobar, interpretado por el magnífico Benicio del Toro, se nos presenta como una figura popular que realiza actos benéficos y que en teoría sirve a los intereses del pueblo. Poco a poco nuestro protagonista principal se irá dando cuenta de la figura que realmente se oculta detrás de esta fachada oficial de amigo del pueblo que encarna Escobar.

En la segunda parte nuestro protagonista empezará a tomar conciencia del infierno en el que se ha ido adentrando. Prima sobre todo el drama. Pero lo realmente interesante del filme es su parte final, en que adopta el tono del thriller puro.

Nuestro personaje recibe el encargo por parte del propio Escobar de realizar una misión en la que habrá de asesinar a una persona. Nuestro personaje, totalmente dubitativo, se verá envuelto en una persecución total, en la que Di Stefano revela sus mejores armas. Y es que efectivamente, cuando mejor funciona la película es cuando se adentra en el mundo del thriller, que podríamos definir perfectamente como de acción. Es ahí donde se consigue mostrar una serie de secuencias que consiguen poner el vello de punta, con un pulso detrás de las cámaras que nos traslada a las escenas más adrenalíticas del género. Puede que Escobar: Paraíso perdido no sea una película perfecta, pero consigue convertirse como mínimo en un excitante ejercicio, con una potente narrativa.

Por otra parte, Andrea Di Stefano no le interesa la violencia explicita. Uno de los de puntos fuertes del filme lo encontramos en la manera en como el director nos introduce en los mismísimos infiernos, sin la necesidad de caer en la muestra de imágenes de casquería. Las torturas y el horror se entrevee en diversos momentos, pero la visión directa no es la principal manera en como el director introduce estos conceptos en el filme. A diferencia de la imagen grotesca y violenta por si misma, a Di Stefano le interesa la radiografía psicológica de una mente inquietante como fue la de Escobar. Se puede resumir perfectamente en las secuencias en las que su cara y buenos modales son una pura fachada, pues a espaldas le vemos mandar asesinatos sin ningún tipo de pudor, como aquella en la que manda un asesinato mientras juega con sus hijas en una casa de muñecas. El horror en estado puro.

[1] Aquí se puede consultar una de ellas: http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/andrea-stefano-escobar-era-psicopata-vez-padrazo-3693427
Kyrios
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