La niebla y la doncella tiene muchas cosas, pero muchas cosas, algunas buenas y otras no tantas. Comenzaré como no con lo que me ha gustado.

Lo mejor sin dudas es la fotografía, cada plano aéreo de la preciosa isla de la Gomera es digna de parar y hacerla retroceder para disfrutarla de nuevo. Las carreteras, los rincones, la atmósfera de la isla se plasma en cada plano y lo dice un canario que lleva 46 años disfrutando de esa realidad. Aprovecho para mencionar que no me ha gustado para nada, los participantes canarios de la película, realmente no sólo actúan de forma muy sobreactuada, sino que intentan exagerar el acento canario en pantalla y queda realmente ridículo, vamos, que os puedo asegurar que los canarios no hablamos así ni de coña. No entiendo yo porque suelen cometer eso error constantemente, cuando con solo abrir la boca se sabe perfectamente que es un acento alejado del territorio peninsular.

Me ha enganchado la historia desde la primera escena con esa persecución en coche y esas tomas aéreas a toda pastilla. Una vez que se comienzan a desarrollar los hechos, no me convence para nada el equipo que llega a la isla, Quim Gutiérrez sigue sin ser natural a la hora de interpretar, aunque ha mejorado bastante. Su personaje es complicado de creer, ya se darán cuenta de la razón. Verónica Echegui parece que está haciendo de Yo soy la Juani, pero con pistola, el papel de guarra-fácil no mola nada y menos el peso que lleva en la trama de la cinta. Vamos, que es más creíble ver un burro volando. A Aura Garrido parece que le metieron un palo en el culo el primer día de rodaje y no se lo sacaron hasta el día del estreno, una pena lo de ésta chica de verdad.

La trama salvando rarezas te engancha, a pesar de que a medida que pasan los minutos, en lugar de engancharte más, parece que te va alejando del desenlace, se vuelve todo muy manipulado y rebuscado y ya para rematar la faena el desenlace con ese giro argumental, da la sensación de estar tomando el pelo al espectador. Aún así se deja ver.