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Voto de mimoca:
8
19 de noviembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un poema transformado en cine, con un mensaje sencillo y claro, que usa todo tipo de alegorías, metáforas, detalles y sutilezas para mostrarlo.
Charlie Kaufman es un autor complejo, con multitud de ideas todas ellas llevadas hasta el extremo, que inunda de información, con él nada es casual, todo está calculado al milímetro, y muchos matices de sus obras no se captan del todo hasta un segundo o posteriores visionados.
Puede resultar difícil o extraño, lo que para unos será interesante y encontrarán detalles fascinantes en esa experiencia, para otros será aborrecible y no entrarán en su particular mundo.
“I’m thinking of ending things”, título y declaración de intenciones al inicio de la cinta, es tan ambigua como certera, y desvela más que con su no demasiado acertada traducción. Posiblemente no es su mejor película, ni tampoco la más compleja, pero si me ha parecido la más bella y también la más triste.
Charlie Kaufman es un autor complejo, con multitud de ideas todas ellas llevadas hasta el extremo, que inunda de información, con él nada es casual, todo está calculado al milímetro, y muchos matices de sus obras no se captan del todo hasta un segundo o posteriores visionados.
Puede resultar difícil o extraño, lo que para unos será interesante y encontrarán detalles fascinantes en esa experiencia, para otros será aborrecible y no entrarán en su particular mundo.
“I’m thinking of ending things”, título y declaración de intenciones al inicio de la cinta, es tan ambigua como certera, y desvela más que con su no demasiado acertada traducción. Posiblemente no es su mejor película, ni tampoco la más compleja, pero si me ha parecido la más bella y también la más triste.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En todo momento las cartas están sobre la mesa, pero aún no toda la información, lo que no importa demasiado, ya que los diálogos contienen muchos detalles sobre los que pensar, repletos de interés y la atmósfera, con esa luz irreal, casi onírica y la excelente fotografía de Lukasz Zal envuelven por completo.
De inicio, vemos la casa, vemos al Jake viejo, el conserje, y que por lo tanto, se trata de realidades distintas, el viaje en coche de la joven pareja para visitar a los padres de él, transcurre en la mente de Jake.
El camino es el tiempo, y viajan a través de el, o según una de sus bellas metáforas, tal vez sea el tiempo el que transcurra a través de ellos, como un viento frío, haciéndoles mella para dejarlos congelados después.
Todo está situado en el mundo de las ideas, los conceptos abstractos, sus fantasías, recuerdos, frustraciones, traumas, todo lo que conforma su identidad, un mundo hecho a su medida.
Al llegar a la casa de los padres, parece un lugar con el aire viciado, tenebroso, cada vez los recuerdos se muestran de forma más inconexa o aleotoria, al mismo tiempo que se transforma la narración, los padres, no parecen individuos sino carcasas, que repiten cosas y que causan incomodidad, entre el choque entre recuerdos y fantasías.
Constantemente cambia el nombre, o profesión de ella, que es el, tal como ella misma se ve en la foto y se reconoce, está construida a base de deseos, hobbys, arte, detalles y su anhelo por amar a alguien, una chica a la que no se atrevió a hablar, una decisión equivocada en su vida, una de muchas, que se van examinando una tras otra, en una gran retrospectiva.
El tiempo no concede prórrogas ni segundas oportunidades, se toman decisiones, se aplazan sueños, y el viejo Jake sigue en su pueblo natal, trabajando de conserje, pese a que tenía inquietudes y sueños, cuidó de sus padres en su etapa final, mientras padecían demencia o alzheimer y ahora está solo, solo la tiene a ella, durante mucho tiempo debió pensar en el que hubiera pasado si.. y se evadió en ello, pero este es un día distinto, ya que está pensando en acabar cosas, su existencia en este mundo.
A través de cada detalle llegamos a conocer bien a Jake, lo que le gusta, lo que le asusta, sus recuerdos de infancia, sus frustraciones, deseos, fantasías, y cada minúsculo detalle y posibilidad que conforma su mente y su ser. Y después se marcha.
De inicio, vemos la casa, vemos al Jake viejo, el conserje, y que por lo tanto, se trata de realidades distintas, el viaje en coche de la joven pareja para visitar a los padres de él, transcurre en la mente de Jake.
El camino es el tiempo, y viajan a través de el, o según una de sus bellas metáforas, tal vez sea el tiempo el que transcurra a través de ellos, como un viento frío, haciéndoles mella para dejarlos congelados después.
Todo está situado en el mundo de las ideas, los conceptos abstractos, sus fantasías, recuerdos, frustraciones, traumas, todo lo que conforma su identidad, un mundo hecho a su medida.
Al llegar a la casa de los padres, parece un lugar con el aire viciado, tenebroso, cada vez los recuerdos se muestran de forma más inconexa o aleotoria, al mismo tiempo que se transforma la narración, los padres, no parecen individuos sino carcasas, que repiten cosas y que causan incomodidad, entre el choque entre recuerdos y fantasías.
Constantemente cambia el nombre, o profesión de ella, que es el, tal como ella misma se ve en la foto y se reconoce, está construida a base de deseos, hobbys, arte, detalles y su anhelo por amar a alguien, una chica a la que no se atrevió a hablar, una decisión equivocada en su vida, una de muchas, que se van examinando una tras otra, en una gran retrospectiva.
El tiempo no concede prórrogas ni segundas oportunidades, se toman decisiones, se aplazan sueños, y el viejo Jake sigue en su pueblo natal, trabajando de conserje, pese a que tenía inquietudes y sueños, cuidó de sus padres en su etapa final, mientras padecían demencia o alzheimer y ahora está solo, solo la tiene a ella, durante mucho tiempo debió pensar en el que hubiera pasado si.. y se evadió en ello, pero este es un día distinto, ya que está pensando en acabar cosas, su existencia en este mundo.
A través de cada detalle llegamos a conocer bien a Jake, lo que le gusta, lo que le asusta, sus recuerdos de infancia, sus frustraciones, deseos, fantasías, y cada minúsculo detalle y posibilidad que conforma su mente y su ser. Y después se marcha.