Un western dirigido por Jack Arnold, más conocido por alguno de sus films de monstruos y ciencia ficción como “La mujer y el monstruo” o “El increíble hombre menguante”, que tiene un punto más reflexivo y psicológico.

Un asesino a sueldo, Gant (Audie Murphy), llega a un pueblo y su fama le precede, haciendo que todos comiencen a temer por si serán su próxima víctima, ya que al parecer, cuando acepta un encargo provoca a su víctima para tener un pretexto para matar y burlar a la justicia, y ya lo ha hecho en más de una veintena de ocasiones logrando salirse con la suya.

Al doctor (Charles Drake), es al único de por allí al que Gant respeta de forma genuina y entablan buena relación gracias a los buenos modos de ambos, aunque sus visiones son opuestas y antes o después sus caminos han de cruzarse.

Al tratarse de una producción modesta, aspectos formales y técnicos tales como la fotografía o la banda sonora no son muy destacables, así como las interpretaciones, las cuales a excepción de Audie Murphy y Charles Drake que están correctos, tampoco destacan en el resto del reparto.
Esto sin embargo no hace el film menos disfrutable, ya que son los miedos y culpas internos de los personajes y sus diversas reacciones, lo que lo convierte en un buen western, cortito e interesante.