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España España · Barcelona
Voto de UpdateCinema:
7
Thriller. Terror. Fantástico Thriller psicológico sobre una joven apasionada por la moda que, misteriosamente, es capaz de trasladarse a los años 60 y conocer a su ídolo, una deslumbrante aspirante a cantante. Pero el Londres de la época no es lo que parece y el tiempo parece desmoronarse con oscuras consecuencias...
10 de noviembre de 2021
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El británico Edgar Wright, habitual del género fantástico, aunque siempre de corte cómico, firma aquí su filme más oscuro y dramático. ‘Last night in Soho’ es un absorbente y atractivo thriller psicológico, con sus trazos de terror, de cuidada y rompedora puesta en escena. Wright configura una fábula de sueños y pesadillas, deslumbrante en lo formal (iluminación, vestuario…), y repleta de buenas ideas y giros sorprendentes, aunque imperfecta en su dilatada parte final.

El filme gira en torno al personaje interpretado por la fantástica Thomasin McKenzie, una joven del countryside inglés que se muda al centro de Londres para estudiar diseño de moda. En la gran metrópoli encontrará ambientes y personalidades divergentes a lo conocido en su pueblo natal, una maldad y un bullicio que la llevarán a instalarse en una apartada y solitaria casa. Es allí donde se sentirá cómoda y dará rienda suelta a sus pasiones, relacionadas con la música y estilo de los años 60, y a sus sueños, aquellos que la convierten en una joven promesa en el Londres de dicha década. Todo dará un giro cuando esos sueños, se conviertan en pesadillas.

El filme de Wright tiene dos partes claramente diferenciadas tanto argumentalmente como en tono. La primera hora es un drama con toques de comedia y romance, visualmente fascinante con ciertas reminiscencias de Argento (en la segunda mitad serán más perceptibles) y con un Soho de los años 60, cual Los Ángeles de Tarantino en ‘Érase una vez en Hollywood’. Una primera hora de gran logro artístico y además narrativamente seductora, jugando con elementos de distintos géneros y desarrollando una trama de gran interés.

En su segunda hora el filme da un giro radical, convirtiéndose ya de pleno en ese thriller psicológico, de pesadillas, crímenes, muertos vivientes, algún que otro susto y la total desmitificación de ese Londres de luces y estrellas que no es más que una máscara para una serie de abusos y una exacerbada sociedad machista.
Curiosamente, esta segunda parte, que incluye la sangre y los giros más relevantes de la historia, pierde parte del atractivo, originalidad y ritmo de la primera mitad. La película no llega a hacerse pesada, la dirección sigue siendo notable y una serie de giros muy bien planteados dejan bien atado el conjunto, pero demasiados elementos están ya muy vistos además de hacerse por momentos reiterativos (la aparición constante de los “zombis” y otras visiones acaban lastrando un tanto la función).

Aun así, el cómputo general es más que aprobado con momentos de auténtico deleite cinéfilo, ya sea por su fotografía y música o por su retorcida y sorprendente trama. El reparto es otro motivo de peso, con ese excelente dúo actoral entre Anya Taylor-Joy y Thomasin McKenzie y una serie de grandes secundarios entre los que destacan la recientemente fallecida Diana Rigg.

Pablo Ruzafa - Updatecinema
UpdateCinema
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