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España España · Coslada (MADRID)
Voto de BAKUNIN:
2
Comedia. Romance Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse ... [+]
30 de agosto de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En todo momento resulta aburrida, sabes todo lo que va a pasar, nada te sorprende, es repetir y repetir siempre las mismas cosas pero sin el ingenio que caracterizaba su cine.
Lo único que destaco es (y que no se enfurezcan esas feministas que tildan de machismo cualquier alabanza que se haga al cuerpo de una mujer, la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero), como decía, es el cuerpazo de la Penélope en su papel de prostituta de lujo.

La historia de la parejita que aloja a una amiga de la mujer es de lo más estúpido que Woody Allen haya sido capaz de crear a lo largo de casi 50 años de director. Además, la tal amiga, es la personificación del ser humano pedante más pedante y gilipollas que he visto en la pantalla. Y a mí ni me resulta guapa ni mucho menos cautivadora. Sin gracia alguna, ningún interés.
¿Qué coño pinta el personaje de Alec Baldwin? ¿O es que Alec está en la ruina y ha querido ser generoso Woody con él para sacarle de las cloacas?

La historia del otro matrimonio cuya mujer se pierde por las calles de Roma y cuyo marido se ve obligado a "convivir" con la prostituta tiene menos gracia que los programas televisivos de Tele5.

La del Benigni convertido en famoso de la noche a la mañana es la historia ridícula de un bobo (feo como un moco) que es capaz de llevarse a la cama gracias a su celebridad a mujeres 10 (sí, 10 en una escala medidora de sex-appeal, que nada tiene que ver con la inteligencia, ya lo sabemos). Ninguna gracia. ¿Puede parecer que Woody considera a los periodistas italianos gilipollas?

La del personaje de Woody con el cantor de ópera en la ducha es más de lo mismo. Ni una sola sonrisa me produjo.

Para terminar, apúntese señor Allen para usted y su último cine las palabras que en su película pone usted en un periódico por medio de un crítico tras la representación de "Pagliacci":
«Quien sea el imbécil que ha ideado esta abominable estupidez merece ser arrestado y decapitado».

¿Hasta cuándo? Ya está bien, ya está bien.
BAKUNIN
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