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Voto de Reaccionario:
4
Drama. Comedia A Woody Grant, un anciano con síntomas de demencia, le comunican por correo que ha ganado un premio. Cree que se ha hecho rico y obliga a su receloso hijo David a emprender un viaje para ir a cobrarlo. Poco a poco, la relación entre ambos, rota durante años por el alcoholismo de Woody, tomará un cariz distinto para sorpresa de la madre y del triunfador hermano de David. (FILMAFFINITY)
13 de julio de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aviso para el que no lo sepa, que mi título alude a una canción de Loquillo y Alaska, allá por el año 1983, o de Loquillo sólo en el 1989, "Quiero un camión" en la que dice precisamente esto "Yo para ser feliz quiero un camión". Aunque en "Nebraska" es camioneta, que no camión. Aclarado este punto, esta película de Alexander Payne, del que confirmo que ningún parentesco le une con el historiador norteamericano Stanley Payne, convertido ahora en una especie de bestia negra para las izquierdas, porque les da para el pelo, es una road movie que se mueve entre la comedia y el drama, comedia dramática, y que tiene mucho de espíritu de cine independiente. Sin embargo, su presupuesto aunque pequeño, 12 millones de dólares, compárese con los 103 millones de otra comedia como "R3sacón" (2013), no es una cantidad tan raquítica como los tres de "Don Jon" (2013).

Sea como fuere, "Nebraska" ha seducido a la crítica, que la ha cubierto de elogios y casi de premios. Sin embargo las seis nominaciones a los Oscars, los cinco a los Globos de Oro o los tres a los BAFTA, se han quedado sólo en intentos. Así que premio importante, el único que se ha llevado es Bruce Dern como mejor actor en Cannes. Pero yendo a la película, con lo que nos topamos es con una obra que no dice nada. Se supone que es una especie de viaje iniciático, que nos deberíamos encariñar con los personajes o que la situación invita a la nostalgia pero Payne nunca profundiza para lograr esto. En realidad, "Nebraska" es aburrida y está vacía, son sólo anécdotas, conocer gente y como máximo desvelar algún secretillo de juventud. Además el retrato rural me parece exageradísimo. Al menos en España las reuniones familiares serán cualquier cosa pero no silenciosas.
Reaccionario
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