Este curioso título no deja de ser una metáfora del sinsentido de este filme de Gary Felder. Si estás muerto, no puedes hacer nada en Denver, ni en ningún otro lado, salvo que nos convertimos en espectros que pululan por aquellos sitios en los que hemos vivido y que en un momento dado intervienen en el mundo físico. Claro que también puede entenderse el "estás muerto" como "que vas a morir". O sea, una especie de condena. Sea como fuere, patina este trabajo que tenía muchas posibilidades de saldarse de forma aceptable pese a que este género de gánsteres con toques de comedia negra no sea de mis favoritos ni mucho menos.

Desde luego hay cosas que son buenas, como los actores, el guión, la propia historia pese a su punto estrambótico o el acercamiento al drama. Sin embargo, no acaba de afinar. Al final es demasiado seria pasar ser comedia y demasiado ridícula para ser drama. Te se hace lenta con estas paradas argumentales con romance de por medio, incluso aburre. Sin embargo, lo peor es que se vuelve absurda. Sencillamente, ¿por qué nadie se quiere ir de Denver? No me creo tanta pachorra ante una amenaza de muerte de estas características como tampoco la inclusión de un pillado como Bill (Treat Williams) en el equipo. Pero sí todos lo vemos venir.