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Voto de Reaccionario:
9
Romance. Drama. Aventuras William Ludlow (Anthony Hopkins), un coronel abandonado por su mujer, ha criado a sus tres hijos en su gran rancho de Montana, a los pies de las Montañas Rocosas. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) y una bella mujer cambiarán el destino de todos ellos para siempre. Sus hijos son el indómito Tristan (Brad Pitt), el sensato Alfred (Aidan Quinn) y Samuel (Henry Thomas), el menor, que acaba de traer al rancho a su bella prometida ... [+]
8 de marzo de 2013
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente el drama romántico con tintes épicos por antonomasia. Por supuesto, de época y menudo época más bonita. Al respecto, he tenido que rehacer mi crítica de “Leyendas de Pasión” por dos motivos. Primero, porque si ya en su momento me gustó mucho, a medida que pasaba el tiempo, su recuerdo se iba haciendo más grande. No hay películas tan bellas, ni historias de amor más intensas como la descrita aquí, una especie de triángulo o cuadrilátero entre la bastante bella Julia Ormond (Susannah) y los apuestos (unos más que otros) hermanos Ludlow: Aidan Quinn (Alfred), Brad Pitt (Tristan) y Henry Thomas (Samuel). Historia apasionada y romántica que te recuerda a las clásicas novelas decimonónicas, es siempre interesante y por momentos, incluso enervante, siempre y cuando no responda a lo que deseamos que suceda. Claro que las relaciones que se establecen sirven pero desarrollar la psicología de los personajes y jugar con el contraste entre los hermanos, especialmente entre los dos mayores. Ambos representan como dos formas de ver la vida y de sentir. La primera, mesurada, racional, "siguiendo las reglas" aunque no exenta de sensibilidad y ternura; la segunda, violenta, indómita, anarquizante, impulsiva, "marcando tu propio destino". Dejando al margen qué actor hace más tilín a la espectadora, yo me decanto por el primero.

El segundo motivo es algo que literalmente expliqué como “que tiene algo mágico que me cuesta expresar”. Eso que tiene es la épica. Y esto es lo que hace magnífica e inolvidable a esta película. “Leyendas de Pasión” junto a “Bailando con Lobos” son los mejores y más hermosos ejemplos de lo que es un estilo que ha llegado a resultar pomposo, pretencioso y vació. La pseudoépica de “Gladiator”, “Troya” o la saga de “El señor de los anillos” no tiene punto de comparación con la verdadera épica de obras como la de Zwick. Ahora bien, más difícil es saber cómo logra transmitir esta épica. Supongo que ayuda una banda sonora preciosa, una fotografía bellísima (premiada con el Oscar en 1994), unos paisajes de ensueño y un tono cálido y sentimental. Pero también que Zwick idealiza esos años, esa época que va de un poco antes de la Primera Guerra Mundial a los primeros años 20. Este mundo, que es tradicional pero también moderno, lleno de maravillas y de valores, gustos, modas e ideas ya olvidadas, tiene muchísimo encanto, como lo tiene el que forman los Ludlow en medio de la nada en plena naturaleza salvaje lejos de la civilización. No sé, sigue teniendo algo inexplicable, imposible de reducir a una mera técnica. “Leyendas de Pasión” es evocadora y tiene magia. Fascina por su belleza, por su melancolía, por su nostalgia y por su romanticismo. Imprescindible.
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