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Voto de Reaccionario:
8
Drama. Romance Inglaterra, siglo XIX. Dos hermanas completamente distintas: una, pura razón y sentido común (Emma Thompson); la otra, pura sensibilidad y pasión (Kate Winslet), se enfrentan al amor y a las adversidades de la vida. Al morir su padre, deben abandonar su hogar, que pasa a manos de un hermanastro, hijo del primer matrimonio de su padre. Se mudan al campo y, allí, tendrán experiencias amorosas que producirán en ellas un cambio profundo. (FILMAFFINITY) [+]
5 de octubre de 2014
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hombres y mujeres, niños y niñas, preparaos para degustar este delicioso, por no decir sublime, drama romántico de época, más drama que amoroso, lo que la hace ser más profunda. En efecto es compleja, por ejemplo en sus personajes, pero también hermosa, a mi la verdad es que emociona, porque el enredo a dos bandas que nos sirven no sólo es bello sino que tiene un punto de universalidad que nos llega bajo sea cual fuere nuestra época, lugar o condición. Ang Lee nos sorprendió a todos en su debut en los Estados Unidos con un trabajo que está muy pero que muy por encima del resto de su filmografía, la adaptación de la que fue la primera novela publicada de Jane Austen, en 1811, si bien venía trabajando en ella desde 1795. De hecho, por los trajes diría que está ubicada temporalmente en ese año. Sea como fuere, "Sentido y Sensibilidad" se presentó a la 68 Edición de los Oscars con siete candidaturas como reconocimiento a tan exquisita labor, si bien la única que se llevó premio fue Emma Thompson en su labor de adaptación del guión. Si yo hubiera estado en el jurado se los hubiera concedido todos, incluido a mejor película, salvo tal vez el que se llevó Susan Sarandon, pero entre "Braveheart" (1995) y demás, se quedó con uno.

La obra gira sobre sus dos personajes principales, las dos hijas de la señora Dashwood, Elinor (Emma Thompson, que está fantástica) y Marianne (Kate Winslet, que está guapísima), que vienen a representar en teoría la sensatez, la madurez o el sentido común por un lado y por el otro, la impetuosidad apasionada y la sensibilidad adolescente. Sin embargo, los arquetipos no están tan claros, empezando por la autora, que aunque en su novela pretendía precisamente mofarse de la actitud romántica tan en boga, acabó descubriendo que el verdadero amor no se expresa con grandilocuentes palabras, mechones de cabello y gestos teatrales, sino de otra forma más callada y constante. Es decir, la sensibilidad puede aparentar ser frialdad y la fogosidad ser vencida por el cálculo interesado. Así, gracias a una trama muy medida, que además del romance se complace en el costumbrismo, la descripción de personajes o la crítica social desde la ironía, irán evolucionando hasta llegar a un término medio que funde estos dos principios fundamentales, el corazón y la cabeza, hasta alcanzar en la recta final una de las declaraciones de amor más emotivas de la historia. Sacad los pañuelos porque las lágrimas están aseguradas.
Reaccionario
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