Desde el 2005 y todavía sigue en antena. Considero que el intento de alargar un producto exitoso hasta la extenuación, incluso renovando casi al completo el elenco de actores varias veces a lo largo de los años es casi una tomadura de pelo. Por mi parte, sólo llegué a ver la primera temporada de "Amar en tiempos revueltos" por lo que mi opinión se reduce a este periodo. Del resto no puedo hablar, ni quiero pues lo que vino después es prácticamente otra serie pero que han querido mantener con el mismo nombre para mantener la audiencia.

Reconozco que me picó la curiosidad esta especie de telenovela española ambientada en los años de la República y que se prolonga hasta el franquismo pasando por la Guerra Civil. Como me gustan los productos de época y encima de este período tan importante de nuestra historia, el visionado era casi obligado. El hecho de que esté tremendamente sesgada hacia el lado frentepopulista es obligado, según los principios fundamentales del régimen que padecemos, pero aún así, aunque sean los malos y los pongan a caer de un burro siempre que puedan, es una oportunidad de ver a los nacionales en acción, cosa que se agradece a falta de otra cosa mejor.

De los buenos no merece la pena hablar. La típica historia del chico pobre izquierdoso, Antonio (Rodolfo Sancho) y la chica rica de familia derechista que se enrolla con él, Andrea (Ana Turpín). Una cosa de lo más desagradable pero que aquí afortunadamente te importa un pimiento, primero porque ella es una completa petarda y hasta fea y encima se hace hasta comunista si no recuerdo mal. Un desastre. Lo de que los buenos-izquierdistas sean tan insípidos y los malos-derechistas (pese a que los machaquen con todo tipo de aberraciones para desacreditarlos) sean tan atractivos debería hacer reflexionar a nuestros creadores y a todo el mundo.

Sin embargo, de los nacionales si podemos extendernos un poco más. Dentro de este abanico podemos encontrar las típicas posiciones de ese bando. Estaría Mario (Cristóbal Suárez) o Fabián (Héctor Colomé), los típicos conservadores afines a la CEDA, dispuestos a tragarse cualquier cosa, ya sea la República, el franquismo o la transición, con tal de que no les toquen los bolsillos. Luego estaría Rodrigo (Félix Gómez, excelente actor, por cierto), el falangista y uno de los personajes más atractivos de la serie (junto a otro malo, Rafael, con momentos realmente impresionantes). Pero con el que sintoniza más un servidor es con Eulalia de la Torre (Ágata Lys, también muy buena actriz y con una personalidad y una voz que te impresionan), ejemplo de la derecha más reaccionaria y aristocrática. En este sentido, el retrato que hacen sobre lo que es su ideología es tan perfecto que me hizo pensar que había un topo en la serie, un tipo con altísimos conocimientos sobre historia y política que diseñó el personaje a su gusto, sin los errores de bulto que la mayoría de indocumentados atribuirían a una persona de su posición. La derecha que representa es tan ajustada a la realidad que habría que recopilar sus intervenciones y a partir de ahí hacer un manual sobre lo que es la derecha ideal (SPOILER). Por esta y otras razones, su personaje era mi favorito, esperando su presencia como agua de Mayo.