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Voto de Sandro Fiorito:
5
Drama "No tomarás el nombre de Dios en vano": Dorota, una mujer embarazada, visita en el hospital a su esposo moribundo (Andrzej). Segundo de los diez mediometrajes realizados para la televisión por el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz, denominados genéricamente "Decálogo". cada uno de ellos se inspira en uno de los Diez Mandamientos. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2010
25 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo de los diez capítulos de sesenta minutos que Krzystof Kieslowski realizó para la televisión pública polaca entre 1989 y 1990 sobre los diez mandamientos. Como en toda la serie, repiten en la elaboración del guión el propio director de la cinta y su más estrecho colaborador, Krzystof Piesiewicz.

En esta ocasión y volviendo al barrio varsoviano de imponentes bloques de hormigón en el que se desarrollan todas las historias relacionadas con las santas escrituras en las que se basa esta saga, el argumento se centra en una historia más fría y menos feroz que la del primer decálogo, haciendo ahora referencia al mandamiento de “No tomarás el nombre de Dios en vano”. En este capítulo se cruzan las vidas de dos vecinos del mismo bloque, el uno doctor (Aleksander Bardini) y la otra músico, llamada Dorota Geller (Krystyna Janda), una mujer profundamente sumida en una gran tristeza ocasionada por el dilema que se le presenta en el momento en que su marido está ingresado en el hospital, esperando a la muerte por una enfermedad de difícil curación. Tiene el corazón dividido entre dos hombres: por una parte, su marido, y por la otra, un amigo con el que le ha sido infiel y del que ha quedado embarazada.

La película no ahondará demasiado en Dios y lo relacionado a Él, centrándose en otra serie de cuestiones morales con las que cualquier ciudadano de a pie puede sentirse identificado y que vienen desde la promesa o el juramento a las formas de comportarse y ejecutar nuestras acciones en casos tan complejos como los que en la película se dan cita. En Decálogo 2, el realizador vuelve a recurrir a un guión más discreto y de silencios prolongados, anteponiendo como en cintas anteriores, el poder de la imagen sobre la palabra. Cargando varias de las escenas de simbolismo y misterio, llega a copar esta última faceta el enigmático actor Artur Barcis, quien ya apareció en el anterior decálogo y las independientes pero relacionadas con la temática de esta saga, No amarás y No matarás, metido en el papel de un extra sin palabras que con su sola mirada y lugares en los que se ubica, tiene demasiado que decir.

Buenas interpretaciones de todo el reparto, destacando un relajado Aleksander Bardini por encima del resto.

Zbigniew Preisner vuelve a encargarse de los compases de la película, con unas composiciones que crean multitud de notas que patinan sobre la frialdad de toda una serie de escenas cargadas de tristeza que acaban formando un mensaje melancólico y reflexivo sobre el espectador.
Sandro Fiorito
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