Preciosa, una joya del deleite, del minimalismo, del amor con toda su pureza... Primero aclarar que es indispensable ver antes, "¿Donde está la casa de mi amigo?", "Y la vida continúa" del mismo director pues esta es la tercera parte finalizando una trilogía que es pura poesía e iniciación indispensable al cine iraní. La originalidad en la composición de la historia, los continuos guiños a las otras dos películas, el paisaje y los pueblos, y sobre todo amor a raudales en el tratamiento de los personajes y en sus expresiones. Ese amor que me recuerda a Berlanga en la década de los 50/60, donde los personajes se nos hacen entrañables y donde la repetición de escenas lejos de hacerse pesado se convierten en repetición de deleites, de dulzuras, de lo mejor de la ingenuidad del género humano. Con apuntes a un road movie. Ver por supuesto con calma, sin expectativas...