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Voto de Jimmy Cohle White:
9
6.3
29,619
Thriller. Drama. Terror
A una mujer (Jennifer Lawrence) le pilla por sorpresa que su marido (Javier Bardem), un escritor en pleno bloqueo creativo, deje entrar en casa a unas personas a las que no había invitado. Poco a poco el comportamiento de su marido va siendo más extraño, y ella empieza a estresarse y a intentar echar a todo el mundo.
14 de octubre de 2017
40 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resumen: Obra maestra del siglo XXI.
Aronofsky ha conseguido que afloren de mí los más primitivos instintos, instintos opuestos, ha aparecido el odio seguido del amor, admiración y autocrítica. Ninguna película antes había conseguido que mi ignorancia, profunda ignorancia, emane de todas mis glándulas sudoríparas y me exponga ante un espejo en el que un “yo” confrontado me señala y me dice: “no tienes ni p… idea de cine, ni p… idea de antropología, ni p…idea de religión y, seguramente, ni p…. idea de Historia”.
Aronofsky me ha demostrado que él es un genio y yo un “cuñado” más que se cree crítico o erudito del cine, y simplemente soy un ingenuo más. Por otro lado, ha vuelto a despertar mi amor por el cine, ese amor que hace que lea y lea páginas en internet en busca del significado de la historia que cuenta, alegoría tras alegoría, detalle técnico tras detalle técnico, simbología, etc… Por fin, una película vuelve a enamorarme como lo hicieron, a su manera, El Padrino, Perdición, El crepúsculo de los Dioses o Pulp fiction. (También debo destacar películas recientes que me despertaron ese “ser primitivo”, como Interstellar u Origen. Nolan, otro adelantado).
Os lo he avisado, Aronofsky me ha generado un trastorno bipolar.
Aronofsky ha conseguido que afloren de mí los más primitivos instintos, instintos opuestos, ha aparecido el odio seguido del amor, admiración y autocrítica. Ninguna película antes había conseguido que mi ignorancia, profunda ignorancia, emane de todas mis glándulas sudoríparas y me exponga ante un espejo en el que un “yo” confrontado me señala y me dice: “no tienes ni p… idea de cine, ni p… idea de antropología, ni p…idea de religión y, seguramente, ni p…. idea de Historia”.
Aronofsky me ha demostrado que él es un genio y yo un “cuñado” más que se cree crítico o erudito del cine, y simplemente soy un ingenuo más. Por otro lado, ha vuelto a despertar mi amor por el cine, ese amor que hace que lea y lea páginas en internet en busca del significado de la historia que cuenta, alegoría tras alegoría, detalle técnico tras detalle técnico, simbología, etc… Por fin, una película vuelve a enamorarme como lo hicieron, a su manera, El Padrino, Perdición, El crepúsculo de los Dioses o Pulp fiction. (También debo destacar películas recientes que me despertaron ese “ser primitivo”, como Interstellar u Origen. Nolan, otro adelantado).
Os lo he avisado, Aronofsky me ha generado un trastorno bipolar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Os presento a mi “yo” inepto, indocumentado, mi “yo” que salió del primer visionado de la película:
“ ¿Se ha gastado 30 millones de dólares en explicar una crisis de pareja?. Se le ha ido la pinza a partir de la primera hora. Está muy bien el mensaje de la mujer, la “madre!” maltratada por el hombre, el artista, el poeta; la mujer que cede todo al hombre y no recibe nada, la mujer invalidada. Pero… ¿por qué ha liado todo este “pitote” para ese argumento tan pobre?.”
Mi “yo” inepto llega a casa, desesperado, huérfano, decepcionado. Decide empezar a leer en Internet y… ¡Zas! Aronofsky me da un guantazo a “rodabrazo” y aparece mi “yo” enamorado del cine, ese que no se siente huérfano, ese que mira al presente del cine con optimismo.
Mi “yo” tras el segundo visionado, el que está escribiendo ahora mismo, el que se ha informado correctamente de todos los mensajes que el “chico judío de Brooklyn” me quería transmitir.
Las 3 alegorías espléndidas que presenta:
1. La madre Tierra defendiendo su Tierra, siendo olvidada por Dios, un Dios igual de bueno que malo para ella y para la humanidad. Una humanidad que destruye el planeta, una humanidad sin amor, sin la “piedra preciosa rota” por el pecado original, una humanidad corroída por la religión, una humanidad que contamina y deteriora la Tierra hasta que esta explota. GENIO NIVEL 1.
2. La Historia de la Tierra contada a través de la religión. El Antiguo y el Nuevo Testamento. El Génesis, Adán, Eva, esa maldita costilla, el Infierno, el pecado original, Caín (con su marca en la frente y todo), Abel, las tablas de la ley, los profetas judeo-cristianos, Noé, el diluvio, Jesucristo, la Pasión, el cuerpo de Cristo, etc… GENIO NIVEL 2.
3. El artista y la mujer detrás de él, el machismo, la importancia de la madre, el ego del hombre. Pura Historia de la humanidad. GENIO NIVEL 3.
Aronofsky nos regala 2 horas de puro arte cinematográfico:
- Dirección: Su manejo de la cámara es sublime, el punto de vista subjetivo de la cámara proporciona el ángulo de visión perfecto para la historia que pretende mostrar. A veces convierte la película con un giro de cámara en un thriller, a veces en una película de terror, otras aparece una romántica, finalmente un drama… La perfección.
- Guión: el maestro de Brooklyn lo escribió en 5 días, o eso dice. No hay mucho más que decir. Consigue contar 3 alegorías y lo sintetiza en 120 minutos sin flojear. ¡Continuidad!, decía el bueno de Billy Wilder.
- Actores: Jennifer Lawrence vuelve a dar una clase magistral. 66 minutos de planos y contraplanos, no duda, no sobreactúa. Sublime. Acompañado de un Bardem que es perfecto para representar ese Demiurgo, bondadoso con los demás, perjudicial para la “Madre”. Mientras tanto, Adán Harris y Eva Pfeiffer muestran la experiencia y las tablas.
- Montaje: sin fallos, desde mi humilde punto de vista. No sobra una escena, los cortes magistrales. Blanqueando la Concepción y el Nacimiento, cortes precisos, historia hilada.
- Sonido: perturbador, sin fisuras. Los últimos 40 minutos llegan a hacer temblar los asientos, sin molestar, pelos de punta y canción final.
- Fotografía, efectos especiales…redondean la obra.
NOTA: La escena del Nacimiento debería pasar a los anales de la Historia. Bardem con la mirada fija, arrastra el sillón, los ojos no muestran debilidad, no muestran amor. Jennifer se impone, le marca su terreno…¡Yo soy su madre! . Colosal.
No le pongo un 10 por una cosa. Por favor, Darren, la próxima vez hazla más tangible, más cercana para humanos débiles, imperfectos como yo. Que no tenga que irme a casa con un disgusto. Dame más pistas.
Mensaje a cinéfilos que la odian:
Por favor, dadle una oportunidad, leed, escuchad sus entrevistas, su “making-of”. Estáis ante una de las pocas obras maestras del XXI.
Voy a tomarme mi dosis de litio por tu culpa, Darren. Y no, el litio no es de color amarillo.
“ ¿Se ha gastado 30 millones de dólares en explicar una crisis de pareja?. Se le ha ido la pinza a partir de la primera hora. Está muy bien el mensaje de la mujer, la “madre!” maltratada por el hombre, el artista, el poeta; la mujer que cede todo al hombre y no recibe nada, la mujer invalidada. Pero… ¿por qué ha liado todo este “pitote” para ese argumento tan pobre?.”
Mi “yo” inepto llega a casa, desesperado, huérfano, decepcionado. Decide empezar a leer en Internet y… ¡Zas! Aronofsky me da un guantazo a “rodabrazo” y aparece mi “yo” enamorado del cine, ese que no se siente huérfano, ese que mira al presente del cine con optimismo.
Mi “yo” tras el segundo visionado, el que está escribiendo ahora mismo, el que se ha informado correctamente de todos los mensajes que el “chico judío de Brooklyn” me quería transmitir.
Las 3 alegorías espléndidas que presenta:
1. La madre Tierra defendiendo su Tierra, siendo olvidada por Dios, un Dios igual de bueno que malo para ella y para la humanidad. Una humanidad que destruye el planeta, una humanidad sin amor, sin la “piedra preciosa rota” por el pecado original, una humanidad corroída por la religión, una humanidad que contamina y deteriora la Tierra hasta que esta explota. GENIO NIVEL 1.
2. La Historia de la Tierra contada a través de la religión. El Antiguo y el Nuevo Testamento. El Génesis, Adán, Eva, esa maldita costilla, el Infierno, el pecado original, Caín (con su marca en la frente y todo), Abel, las tablas de la ley, los profetas judeo-cristianos, Noé, el diluvio, Jesucristo, la Pasión, el cuerpo de Cristo, etc… GENIO NIVEL 2.
3. El artista y la mujer detrás de él, el machismo, la importancia de la madre, el ego del hombre. Pura Historia de la humanidad. GENIO NIVEL 3.
Aronofsky nos regala 2 horas de puro arte cinematográfico:
- Dirección: Su manejo de la cámara es sublime, el punto de vista subjetivo de la cámara proporciona el ángulo de visión perfecto para la historia que pretende mostrar. A veces convierte la película con un giro de cámara en un thriller, a veces en una película de terror, otras aparece una romántica, finalmente un drama… La perfección.
- Guión: el maestro de Brooklyn lo escribió en 5 días, o eso dice. No hay mucho más que decir. Consigue contar 3 alegorías y lo sintetiza en 120 minutos sin flojear. ¡Continuidad!, decía el bueno de Billy Wilder.
- Actores: Jennifer Lawrence vuelve a dar una clase magistral. 66 minutos de planos y contraplanos, no duda, no sobreactúa. Sublime. Acompañado de un Bardem que es perfecto para representar ese Demiurgo, bondadoso con los demás, perjudicial para la “Madre”. Mientras tanto, Adán Harris y Eva Pfeiffer muestran la experiencia y las tablas.
- Montaje: sin fallos, desde mi humilde punto de vista. No sobra una escena, los cortes magistrales. Blanqueando la Concepción y el Nacimiento, cortes precisos, historia hilada.
- Sonido: perturbador, sin fisuras. Los últimos 40 minutos llegan a hacer temblar los asientos, sin molestar, pelos de punta y canción final.
- Fotografía, efectos especiales…redondean la obra.
NOTA: La escena del Nacimiento debería pasar a los anales de la Historia. Bardem con la mirada fija, arrastra el sillón, los ojos no muestran debilidad, no muestran amor. Jennifer se impone, le marca su terreno…¡Yo soy su madre! . Colosal.
No le pongo un 10 por una cosa. Por favor, Darren, la próxima vez hazla más tangible, más cercana para humanos débiles, imperfectos como yo. Que no tenga que irme a casa con un disgusto. Dame más pistas.
Mensaje a cinéfilos que la odian:
Por favor, dadle una oportunidad, leed, escuchad sus entrevistas, su “making-of”. Estáis ante una de las pocas obras maestras del XXI.
Voy a tomarme mi dosis de litio por tu culpa, Darren. Y no, el litio no es de color amarillo.