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España España · Barcelona
Voto de David MS:
10
Ciencia ficción. Fantástico. Terror Unos microorganismos de un lejano planeta han llegado a la Tierra. Matthew trabaja como funcionario en el departamento de sanidad de la ciudad de San Francisco. Elizabeth, una colaboradora suya por la que siente algo más que admiración profesional, le cuenta que su marido ha experimentado una transformación tal que le resulta irreconocible. Matthew se lo toma a broma, pero ese mismo día observa que también otras personas sienten el ... [+]
11 de marzo de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Varias son las adaptaciones fílmicas de la novela de Jack Finney (1911-1995) Los Ladrones de Cuerpos (1955): La Invasión de los Ladrones de Cuerpos (Don Siegel, 1956), La Invasión de los Ultracuerpos (Philip Kaufman, 1978), Secuestradores de Cuerpos (Abel Ferrara, 1993) e Invasión (Oliver Hirschbiegel, 2007), a los que hay que sumar una pseudo-adaptación como lo fue la adolescente The Faculty (Robert Rodriguez, 1998). La que me ocupa es la segunda adaptación, la que realizó a finales de los setenta el irregular Philip Kaufman (Elegidos para la Gloria).

El buen reparto: Donald Sutherland (Los Violentos de Kelly), Brooke Adams (Días del Cielo), Leonard Nimoy (el Dr. Spock de Star Trek), Jeff Goldblum (La Mosca) y Veronica Cartwright (Alien, el Octavo Pasajero).

Unas flores alienígenas procedentes del espacio exterior caen en la Tierra, duplicando a aquellos seres humanos que se quedan dormidos por los alrededores -la flor crece y se convierte en el ser humano, que desaparece-. De este modo los extraterrestres poco a poco van dominando la ciudad de San Francisco primero, el resto del mundo después. Un inspector de Sanidad (Sutherland) y una trabajadora del mismo centro (Adams) son los primeros en darse cuenta del extraño comportamiento autómata de sus congéneres.

La Invasión de los Ultracuerpos es de las pocas ocasiones que un remake supera al original. Otro ejemplo sería La Cosa (El Enigma de Otro Mundo) de John Carpenter, película que viene al pego mencionar pues la película de 1982 comparte ciertas señas de identidad con esta anterior La Invasión de los Ultracuerpos: narración pausada, investigación científica, extraterrestres simbiontes, efectos especiales viscosos, un final desangelado y sobre todo, el clima de desconfianza que reina entre los protagonistas -cualquiera puede ser una de las vainas extraterrestres-.

No obstante, esta adaptación de la obra de Finney, pese a tener una idea que es carnaza para un largometraje de terror serie B, resulta más un thriller de estética setentera con temas que estaban a la orden del día tras el caso Watergate: conspiraciones, paranoias, encubrimiento de información.

A destacar la pesadillesca realización de Kaufman -en la que es su mejor película-, la agobiante fotografía de Michael Chapman (Taxi Driver) y los cameos de Robert Duvall, Don Siegel -director de la primera versión- y Kevin McCarthy -protagonista de la misma versión 1956-.

Lo único malo: no estar acostumbrado a un cine tan diferente como el de los setenta, opuesto al actual -más desarrollo de la trama, menos acción- y un clímax algo falto de fuerza, solventado, eso sí, por en un epílogo que forma parte de los instantes más inquietantes de la historia del cine.
David MS
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