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España España · Barcelona
Voto de David MS:
9
Acción Francis Hummel pretende que se indemnice a las familias de los soldados muertos en misiones secretas. Tras robar 16 misiles equipados con gas venenoso, toma Alcatraz y amenaza con lanzarlos sobre San Francisco. Para resolver la situación, el F.B.I. envía a la isla a un especialista en armamento biológico y al único fugado de la famosa prisión. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Bay es por muchos considerado uno de los peores directores de la historia, posiblemente más por lo vacío de su cine y su estilo pirotécnico que porque alguna película suya sea realmente tan mala -si bien todas las partes de Transformers se las podría haber ahorrado-. La Roca (1996), Armageddon (1998), Dos Policías Rebeldes 2 (2003) son buenos productos de entretenimiento, todas ellas producciones de su mecenas Jerry Bruckheimer, productor de sus mejores trabajos -el otro productor que ha trabajado con él a menudo es Spielberg, curiosamente sus peores películas-.

La Roca es su segundo largo tras Dos Policías Rebeldes (1995), siendo aún hoy su película más trabajada en la parcela del guión -personajes e historia-, sin descuidar los apartados técnicos tan bien trabajados en su cine. Protagonizan Sean Connery, Nicolas Cage -en su primer actioner-, Ed Harris, David Morse, William Forsythe, Michael Biehn, Tony Todd, Claire Forlani, John Spencer y James Caviezel. Un reparto competente poco habituado a este tipo de cine.

El general Francis X. Hummel (Harris) -y su equipo- secuestran a unos rehenes en la prisión de Alcatraz y amenazan con destruir la ciudad de San Francisco con un arsenal de misiles robados de una base del ejército. Su demanda al gobierno, cien millones de dólares con los que indemnizar a las familias de las víctimas de conflictos militares poco reconocidos. En el Pentágono se decide una alternativa, introducirse en Alcatraz y neutralizar los misiles, razón de que saquen de prisión al único hombre capaz de haber escapado de allí con vida (Connery), y se pongan en contacto con un experto en agentes químicos (Cage).

Un parque de atracciones en Alcatraz, esa podría ser la definición de una película que es una montaña rusa con muchas subidas y apenas alguna bajada. Persecuciones, explosiones, giros de 360º sobre los actores, valores patriotas con los que convencer a la muchachada de alistarse en el ejército. En general, los destrozos a los que tiene acostumbrados los que les guste Michael Bay -yo entre ellos cuando se trata de valorar sus primeros largos-. No engaña a nadie, tampoco se le puede pedir mucho más si uno sabe lo que va a ver.

Escenas de acción con bastante pirotecnia, el montaje acelerado que se empezaba a imponer a mediados de los noventa -gracias a Bay y Tony Scott, otro que tal baila-, y la música de Hans Zimmer en una composición que se parece mucho a la que él mismo hizo para Piratas del Caribe. Lo habitual en la dupla Bruckheimer/Bay. Lo que mejora respecto a otras películas suyas es el aplomo de un buen reparto, el carisma de Connery, malos que no son de una pieza como Ed Harris y David Morse, un Cage todavía no perdido para el cine, secundarios de carácter como William Forsythe y Michael Biehn.
David MS
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