Notable película acerca de los comienzos y eclosión del gran bailarín ruso Nureyev. El guión, la fotografía retratando cada momento con distintos matices, la dirección casi invisible pero acertada de lleno en el tono propuesto por Fiennes y los flashbacks perfectamente editados, hacen que dos horas se pasen en un suspiro. La historia te atrapa desde el primer momento por lo dicho anteriormente y por la fuerza con la que Oleg Ivenko da vida al gran bailarín, así como por lo bien arropado que está por unos secundarios fantásticos,especialmente Adele Exarchopoulos .No es una película de ballet, es otra cosa mucho mejor.
El silencio en la sala donde la vi era sepulcral y estaba casi llena. Por algo sería. Un 8.