Que levante la mano quién no se ha emocionado (aunque solo sea un poco) viendo Titanic. En serio, clichés y demás tonterías a parte, Titanic es un peliculón. No me importa reconocerlo, me he emocionado viéndola, quizás sea por la BSO, quizás sea por la tragedia del suceso, quizás sea por la historia de amor... pero el caso es que esta película me ha llegado, así sin más.
Allá por los años noventa, todos conocían a James Cameron por películas como Terminator y Aliens, por lo que muchos pensaron que era muy arriesgado darle un proyecto de tal envergadura a este hombre. Muchos eran los que pensaban que la peli solo se centraría en el hundimiento del barco de manera plana, sin más, con multitud de efectos especiales. Pero ahí apareció James, haciendo un drama como pocos ha habido porque, enserio, es de los que te llegan.
La historia cuenta cómo dos jóvenes se conocen en el gran trasatlántico, cómo viven un romance y cómo se desencadena el mismo durante el fatídico hundimiento. La mano del director permite que te creas en todo momento el romance que viven, y hace que te creas que realmente llegan a enamorarse, haciendo que sufras en sus pieles cada hecho que se produce en la cinta, sobre todo en la parte final de la misma. Es por esto que la peli ha conseguido emocionarme y, por qué negarlo, dejar que alguna lágrima resbalara por mi mejilla.
Y aparte de la historia de amor, centrándonos en la parte técnica, Cameron se sale. Toda la parte en la que el barco se está yendo al fondo del mar es brutal; la manera en la que consigue que estés pegado a tu sitio y sientas agobio, miedo, tristeza, tensión es enorme. Cuando el barco se hunde tú te encuentras en un estado de tensión altísimo, y eso es así. Los efectos especiales, unidos a la genial banda sonora, la estampa del barco en la que todo el todo el mundo corre presa del pánico y sabiendo que la situación se ha convertido en una desesperada carrera de supervivencia, y la (como ya he dicho antes) credibilidad que consigue del romance de los protagonistas, todo eso mezclado, es posiblemente lo que consigue que uno deje su lado masculino durante unos minutos.
Además, ésta fue la película que lanzo a la fama mundial a un joven y casi desconocido hasta entonces Leonardo DiCaprio, uno de los mejores actores que hay hoy día. Por cierto, increíble que Titanic solo tenga un 6,8 en Filmaffinity. No estoy diciendo que tenga que tener un 10, pero es sin duda una película que se merece mucha más nota de la que tiene.
James Cameron, contra todo pronóstico, lo consiguió, consiguió hacer una película fiel a su estilo propio y a la vez conseguir que, no solo que fuese lo taquillera que llego a ser, sino que fuera una obra maestra, por lo que no queda otra que quitarse el sombrero ante un verdadero genio del cine.