Vista recientemente, se me antoja incluso revitalizante, lo que no llego a explicarme, este afán, casi innecesario de reavivar las mismas historias una y otra vez y en el caso que nos ocupa la última película de la magnífica trilogía de Sam Raimi (AMO y señor del personaje del cómic) estrenada solo apenas 5 años antes y que dio buen resultado.

Este trabajo es vibrante, actualizado, con un histriónico, pero efectivo Andrew Gardfield, que lo mismo te hace de Hombre Araña que de convincente misionero jesuita en "SILENCIO" de Scorsese, sin duda un auténtico todo terreno, pero en está que nos ocupa, aporta un mayor sentido del humor y movimientos extremos, ajustes que acaban atrapándote, sin darte demasiado respiro, y es por eso que físico y actitud de este nuevo Spiderman cuadran con solvencia en un film inteligente que sabe de sus defectos y virtudes; lo que es curioso es que esta nueva versión, con casi el doble de presupuesto que su antecesora (la primera de la era Raimi) no la haya superado en recaudación. Claro que estamos ante dos tipos de elaboración muy diferentes, una gusta de la ópera, esta reciente gusta del rock, sin duda, antagonistas en planteamientos, aunque destacables ambas.

Se ve con ligereza, aviva la historia de Amor con su alter ego femenina, bien llevada por una sensual Emma Stone, cuando menos, más natural y fértil en su interpretación que Kirsten Dunst (no en el mismo papel, pero si con la misma importancia interpretativa en ambas películas) y prescinde de algunos personajes secundarios en pro de una historia más directa, quizá más fácil, pero que fluye convencionalmente bien, menos académica en comparación (es inevitable comparar) con la de Raimi, pero bastante bien concebida, no mal rodada, desde luego.

Buen ritmo, un villano nuevo sorprendente, y un acabado formal para complacer a todos los gustos; limitada pero efectíva...lo suficiente para no aburrir...

Saludos