Voy a ser sincero. Yo no salí totalmente entusiasmado de 'Guardianes de la galaxia', allá por el 2014. Hay que reconocer que esa película consiguió que unos personajes de los que apenas eran conocidos para el público, y para mi mismo, se ganaran el corazoncito; pero esa película le faltó no tomarse tan en broma. Sí, es cierto que su orientación es hacer reír, pero tanta broma a mi me descolocaba y había algo en la cinta con la que no congenié del todo.

A pesar de todo, hay que reconocer que ahora con su tráiler y el fichaje del gran Kurt Russell, que sienta como un guante para el aire desenfadado de la saga, además de ser un actor algo infravalorado, habían grandes expectativas. Expectativas que empezaron a cumplirse desde los créditos iniciales a ritmo de Baby Groot.

A partir de ese momento, la cinta de James Gunn fue como la seda, al contrario que su predecesora. Ahora los chistes no distraían (salvo algún momento contado) sino que la mayoría estaban bien introducidos en el guión y los personajes parecían conseguir el carisma que les faltó a algunos de ellos, como Gamora o Peter Quill; si bien, es Drax el destructor el que ha subido como la espuma con sus certeras y tronchantes diálogos. Por supuesto sería un crimen olvidar mencionar a Ego y a Yondu. Son dos personajes que con sus apariciones, conflictos y frases dan mucha vida a la película y les dan el protagonismo que merecen dos actores de la talla de Kurt "infravalorado como actor, pero molo mucho" Rusell y Michael Rooker.

Hay algo que me llama poderosamente la atención y es que esta es de las pocas franquicias de moda que no contratan a actores que estén de moda, solo los contratan porque son muy buenos, y eso me gusta. Además, hace una gran función para las nuevas generaciones saber quienes son actores como ellos dos y alguno más que sale en la cinta que no desvelaré.

¿Pero y qué pasa con la película? Pues como ya he dicho, el nuevo trabajo de James Gunn va como la seda, hay mucho humor, mucha acción y drama (de este último apartado no esperaba tanto, pero la hay y sabe como hacerlo, especialmente al final); su único gran defecto es que se hace un poco más larga de lo que dura en realidad, mas realmente la balanza cuenta con muchos más pros que contras como para no reconocer que, ahora sí, han pulsado las teclas correctas y van a toda vela esperando sus siguientes intervenciones, como la familia disfuncional que son o como parte de algo mucho más grande (guiño, guiño).

PD: quitando el metraje oficial, las escenas post-créditos, salvo una, han sido una decepción absoluta. Nunca tanto fue tan poco.