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Voto de bogartiano:
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Cine negro. Intriga
Joe Morse trabaja como abogado para Ben Tucker, un hombre que se ha enriquecido gracias al clandestino e ilegal negocio de las apuestas. Pero para asegurarse el monopolio de esta actividad necesitan dar un golpe que implique la desaparición de todos los pequeñas casas de apuestas. Casualmente, una de ellas la dirige el hermano de Morse. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2009
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras colaborar en Body and Soul, tanto Polonsky, como John Garfield y el productor Bob Roberts, se vuelven a reunir para realizar este duro, sombrío y sobrio film, sobre como sociedades gangsteriles, pero recubiertas de un manto de legalidad, se encargan de apropiarse del negocio de las apuestas clandestinas. Era la primera película de Abraham Polonsky y no recuerdo si realizó más, porque junto a Garfield, Robert Rossen y Julian Dassin, fueron de los primeros en declarar por actividades antiamericanas, por el senador McCarthy. Prácticamente todos ellos finalizaron sus carreras al considerárseles comunistas. Lo único que hacían en sus películas eran denunciar situaciones que ocurrían en la vida real, y eso debía molestar mucho a los grandes trust de la época.
En cuanto a la película cabe destacar la gran actuación de John Garfield, encarnando a un abogado sin escrúpulos, representando a un gangster dedicado a llevar un emporio de apuestas clandestinas, y que él pretende hacer legal ante la ley y que no duda en llevar a la ruina a otras corporaciones, con tal de que su defendido se haga con todo el poder. Es curiosa la primera imagen desde lo alto de un gran rascacielos, sintiéndose dominador de la ciudad, viendo a sus ciudadanos como pequeñas hormigas y presumiendo en voz en off de que va a ganar un millón de dólares al día siguiente. Se siente en disposición de amparar casi a su hermano, porque él es muy poderoso, y le va a ofrecer tomar una gran porción del pastel de las corruptelas que se van a llevar a cabo. El dinero en principio, lo puede todo, parece indicarnos el desarrollo de la película.
Después a medida que discurren los acontecimientos y también gracias a la chica que conoce por trabajar con su hermano (a la que también trata de engatusar con sus dotes de hombre triunfador y dueño de sí mismo, por ganar mucho dinero), se va dando cuenta de donde está verdaderamente y lo que es en el fondo: un esclavo de los verdaderamente poderosos y corruptos, que no dudarán en acabar con él, en cuanto no satisfaga sus deseos de más poder.
Entonces hay un plano impresionante y ya no desde lo alto de un rascacielos, sino ya a ras de suelo (como un ciudadano más), justo delante de Wall Street, solo totalmente en el plano y encendiendo un cigarro. Maravillosa toma que nos hace entender la metamorfosis que se está produciendo en su interior: quiere expiar sus culpas y destrozar en lo posible a todos a los que estaba defendiendo poco antes, todo con tal de poder volver a ser una persona honrada y con dignidad.
En cuanto a la película cabe destacar la gran actuación de John Garfield, encarnando a un abogado sin escrúpulos, representando a un gangster dedicado a llevar un emporio de apuestas clandestinas, y que él pretende hacer legal ante la ley y que no duda en llevar a la ruina a otras corporaciones, con tal de que su defendido se haga con todo el poder. Es curiosa la primera imagen desde lo alto de un gran rascacielos, sintiéndose dominador de la ciudad, viendo a sus ciudadanos como pequeñas hormigas y presumiendo en voz en off de que va a ganar un millón de dólares al día siguiente. Se siente en disposición de amparar casi a su hermano, porque él es muy poderoso, y le va a ofrecer tomar una gran porción del pastel de las corruptelas que se van a llevar a cabo. El dinero en principio, lo puede todo, parece indicarnos el desarrollo de la película.
Después a medida que discurren los acontecimientos y también gracias a la chica que conoce por trabajar con su hermano (a la que también trata de engatusar con sus dotes de hombre triunfador y dueño de sí mismo, por ganar mucho dinero), se va dando cuenta de donde está verdaderamente y lo que es en el fondo: un esclavo de los verdaderamente poderosos y corruptos, que no dudarán en acabar con él, en cuanto no satisfaga sus deseos de más poder.
Entonces hay un plano impresionante y ya no desde lo alto de un rascacielos, sino ya a ras de suelo (como un ciudadano más), justo delante de Wall Street, solo totalmente en el plano y encendiendo un cigarro. Maravillosa toma que nos hace entender la metamorfosis que se está produciendo en su interior: quiere expiar sus culpas y destrozar en lo posible a todos a los que estaba defendiendo poco antes, todo con tal de poder volver a ser una persona honrada y con dignidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como dice cuando encuentra a su hermano muerto debajo del puente de Manhattan: antes de estar tirado aquí como una rata, muerto, prefiero intentar destruirlos con mi propio orgullo. Impresionante toma la que lleva a Garfield hacia su hermano, recorriendo amplias zonas de Nueva York, y él diciendo que tiene que encontrar a su hermano aunque tenga que bajar al mismo centro de la Tierra, mientras baja esas larguísimas escaleras hacia lo más hondo. Alucinante.
Es paradójico lo de la apuesta al número 776 el día 4 de julio. Todo el pueblo apuesta por ese número porque simbólicamente significa el número de la libertad, son los tres últimos números del año 1.776, que es el año de la independencia americana. En cambio aquí parece que el sueño se hace añicos, porque todo el que entra en el negocio de las apuestas, ya no sale. Desaparece por tanto el significado simbólico primario de la libertad. Es como si el país, con el paso del tiempo se hubiera transformado en un nido de intereses corruptos.
Es paradójico lo de la apuesta al número 776 el día 4 de julio. Todo el pueblo apuesta por ese número porque simbólicamente significa el número de la libertad, son los tres últimos números del año 1.776, que es el año de la independencia americana. En cambio aquí parece que el sueño se hace añicos, porque todo el que entra en el negocio de las apuestas, ya no sale. Desaparece por tanto el significado simbólico primario de la libertad. Es como si el país, con el paso del tiempo se hubiera transformado en un nido de intereses corruptos.