Sin dudas una de las mejores películas que vi en mi vida. Es un film que todavía lo estoy asimilando, lo estoy digiriendo, porque es tan duro y desgarrador que no lo puedes olvidar de un día para el otro.
Para empezar, es una clase de guión. Esta tan bien escrito que no le sobra ni le falta absolutamente nada. La construcción del mismo es de manual (de un buen manual de guión), la estructura dramática es excelente, desarrollándose hacia adelante con una fuerza narrativa magnética. A cada estímulo encontramos una reacción correspondiente, cada conflicto de los personajes genera la reacción adecuada y desde mi punto de vista no le puedo cuestionar nada. Los puntos de giro, el punto medio y el climax están tan bien marcados y sobre todo justificados que son merecedores de análisis en las mejores universidades y escuelas de cine del mundo.
Renglón aparte merece la construcción y composición de personajes que se hace. La transformación que observamos del personaje de Mickey Rourke es clara como el agua. Un hombre paralizado en la década de los `80, en su época de gloria y éxito que no puede salir de ese estilo de vida hasta que su cuerpo le suplica que la "corte" porque ya no da más. Todos los datos que se nos entregan en la puesta en escena manifiestan la negación del personaje hacia el cambio: la música que escucha (típica de los '80), la vestimenta (estrafalaria y colorinche), el peinado, su lenguaje, sus gustos, su entorno, los videojuegos (Nintendo), etc.
"Ram" se da cuenta que tiene que cambiar y las dos "palancas" para ese cambio son su hija y el personaje de Marisa Tomei (Pam). De ellas depende en gran medida para salir del infierno en el que se encuentra.
Por otro lado, la realización de la película está al mismo nivel que el guión. Darren Aronofsky hasta esta película no me había deslumbrado realmente, ni con "PI" ni tampoco con "Requiem For a Dream". Pero con ésta se ganó mi admiración, me demostró que sabe lo que hace, sabe dónde poner la cámara y porque. Las escenas están compuestas magistralmente, desde el inicio del film presentando al personaje de espaldas hasta uno de los finales más emotivos que vi.
La sagaz mirada que arroja la película sobre la sociedad estadounidense y occidental en general es durísima. El tema de idolatrar a una persona y hacerlo vivir dentro de un mundo ficticio queda demostrado aquí. A "Randy" se lo trata como un producto, como un objeto al cual se lo usa para hacer negocios, para después descartarlo y dejarlo en el olvido.

Imprescindible.