Esta excelente película retrata con gran crudeza el drama de familias con arraigadas tradiciones del cercano oriente insertas en pleno mundo occidental. Así, los jovenes que quieren vivir al modo occidental se encuentran presos de las rígidas normas familiares. Esto por el lado de Sibel. Luego tenemos a Cahit, que ve su vida perdida hasta que casi por casualidad -o una última oportunidad que le brinda el destino- encuentra un motivo para salir de su infierno personal.
Obviamente, la unión de estas personas no será un camino de rosas. A partir de ese momento se exponen crudamente las costumbres machistas de una parte y el libertinaje tan ansiado de la otra. La película no brinda concesiones a la hora de mostrar lo bajo que pueden caer las personas cuando por culpas personales o de su entorno no logran encauzar sus vidas. Sin embargo, todos tenemos una segunda oportunidad, y ese será el desafío de los protagonistas.