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España España · Madrid
Voto de Nexus5:
4
Ciencia ficción. Fantástico. Acción Desde Krypton, un lejano planeta muy avanzado tecnológicamente, un bebé es enviado en una cápsula a través del espacio a la Tierra para que viva entre los humanos. Educado en una granja en Kansas en los valores de sus padres adoptivos, Martha (Diane Lane) y Jonathan Kent (Kevin Costner), el joven Clark Kent (Henry Cavill) comienza desde niño a desarrollar poderes sobrehumanos, y al llegar a la edad adulta llega a la conclusión de que ... [+]
22 de junio de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Les darás a los habitantes de la tierra un ideal por el que luchar. Se apresurarán a seguirte pero tropezarán, caerán, pero al final se unirán a ti en el sol. Al final les ayudarás a lograr grandes gestas".

Este es el discurso base de la "súper" premisa que hace en voice over Jor-El, el padre de Supermán, interpretado por un grueso, greñoso y un poco apagado Russell Crowe melancolizado en su propio formato expresivo de "siempre Gladiator" o héroe suicida. El traje de plástico no le queda nada bien. También está muy gordo el casi inexistente Director del Daily Planet, Laurence Fishburne que el rostro se sale de la pantalla por redondez lipídica. O también está grueso el General militar negro (Harry Lennix) que hace el mismo papel en Matrix 2 y 3. Ese grosor un poco decadente hace de contrapeso a las féminas, como una Lois Lane (Amy Adams) que hace de muñequita de ojos manga vidriosos-vibrantes aberrantes, mientras se bebe un gran vaso de whisky del tirón o habla de "a ver quien la tiene más grande" que ni el mismo John Wayne o Clint Eastwood se atreverían a decir sin más y por sorpresa. La madre adoptiva del hombre de acero (Diane Lane), mal envejecida y algo fuera del papel que no le acaba de pegar, y una Lara Lor-Van (Ayelet Zurer) que hace el mismo papel que la esposa de "300" pero mucho más escaso. Quizá solo se salvan protagonista y antagonista, un superhombre (el británico Henry Cavill) que está solvente y cubre bien tanta responsabilidad y un malo (Michael Shannon) al que le han sacado poco provecho y que podría haber sido impoluto. También se salva Kevin Costner (también gordo) porque le toca la única parte del guión afectiva real, pero que casi liquida su sentido ante la absurda forma de ser eliminado del metraje.

A nivel de tema visual sorprende ver tanta copia de otras películas como Avatar (Jor-El subido a un "Ikran" volador?), IronMan (Jor-El poniéndose su traje coraza automatizado?), Matrix (Superman y Zhor a puñetazos aéreos interminables por Matrix otra vez?), X-men (Superman itinerante con el macuto como Lobezno, o cómo Cíclope disparando rayos rojos sin control?), Aliens invadiendo la tierra para extraer sus recursos otra vez?, el tema de Gaia de nuevo?, etc., etc. etc. Vaya tema.

La pregunta aquí es "¿cuál es el ideal por el que luchar?. A Goyer y a Nolan se les llena la boca de grandes palabras y afirmaciones que jamás se responden en esta cinta, ni tampoco se aproximan a contestar. Casi que se hace el ridículo.

Se comete el error facilón de irse a los grandes temas visuales y filosóficos, donde los temas pequeños e importantes (las relaciones emocionales) se intercalan de manera breve para cumplir con el expediente del formato de guión, creando un efecto poco sustancial (de poca chica), que opaca la profundidad de la trama en favor de los caros efectos especiales. El contrapunto de tanta grandiosidad visual es el rodaje tipo cámara en mano desenfocado y desencuadrado, con inserción de metraje emocional de cortometraje amateur, para intentar darle realismo y ya de paso emborronar y agitar el encuadre para que no se vea todo claro y parezca más y mejor de lo que es. Pretencioso e inútil.

Encima, la manida e incoherente trama exterior se vuelve un conjunto de desatinos tal, que si se piensan bien, pueden llegar a ser tan veleidosos y extraterrestres como los seres de Krypton.

También cabe mencionar que es una película que tiene algunos momentos muy irritantes de la magnitud de querer levantarse y marcharse de la proyección, así como momentos próximos a la vergüenza ajena (en mi sala varios espectadores se reían de manera burlona con razón), que insistían en sacarte casi a propósito de la trama y misticismo de un superhéroe tan grande como es este.

Cada año que pasa se vuelve más complicado desarrollar un guión original y en su lugar se gastan todas las opciones y subtramas posibles del formato dentro de un mismo largometraje para recalcar y construir a los personajes lo "mejor posible", intentando además colar todas las escenas de acción viables que un super-presupuesto permite y obliga. De esta manera nos encontramos ante el problema de que se obtiene un producto de gran consumo comercial pero queriendo ser genial, original y profundo para "quedar bien" en el arte de hacer cine, lo que hace que todo se vuelva irracional y largo (casi 2 horas y media a embudo paroxista).

Asistimos pues, no ya a cine pretencioso (que esto es lo peor que le puede pasar a un cineasta), sino llegamos a un paso más, "cine pretencioso que intenta disimularlo pero no se esfuerza en ello", es decir, todos sabemos que es pretencioso pero ni siquiera se nos oculta porque hay tanto dinero y mercadeo invertido que todo da igual.

De esta manera, el super-traje del héroe cobra más y más relevancia, donde nos contentamos con intentar averiguar cómo lo han hecho y cuánto ha costado. Un traje que por muchas vueltas que le demos, es de plástico recauchutado.
Nexus5
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