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Voto de Pallando:
10
7.6
71,839
Aventuras. Drama
A principios de los años noventa, el joven e idealista Christopher McCandless (Emile Hirsch), adopta el nombre de Alexander Supertramp, deja sus posesiones y sus ahorros a la beneficencia y abandona el mundo civilizado con rumbo a la salvaje Alaska para entrar en contacto con la Naturaleza y descubrir el verdadero sentido de la vida. Adaptación del best-seller de Jon Krakauer, basado en las notas del diario de McCandless. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2010
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
y añadiría, tampoco apta para los que tienen traumas sobre su estilo de vida, porque vaya tela la caña que le dan al protagonista algunos. Más que quejarse de que no les guste la obra se lanzan a cuchillo a degollar el personaje. Vaya absurda aversión por los eremitas.
Se les nota escocidos por vaya usted a saber qué, y eso que entre las cosas que deja más claras el protagonista está que solo quiere vivir su vida al margen de lo que hagan los demás. Pero parece que a algunos les ha despertado pensamientos perturbadores sobre su universo acomodado y el acojone les ha llevado a odiar la historia, que se toman como un ataque personal.
Una película para pensar, llega mucho más allá de una simple oda al perroflauta, esos personajes patéticos de la sociedad actual cuyo parásito comportamiento no tiene nada que ver con este personaje o con los auténticos hippies que se encuentra.
Trata de un valiente (historia real) que hace lo que muchos pensamos cuando teníamos su edad, sin atrevernos. Criticable su desmesurado egoísmo, pero se antoja un rasgo necesario para permitirle romper con todo y afrontar su valeroso desarraigo.
Se les nota escocidos por vaya usted a saber qué, y eso que entre las cosas que deja más claras el protagonista está que solo quiere vivir su vida al margen de lo que hagan los demás. Pero parece que a algunos les ha despertado pensamientos perturbadores sobre su universo acomodado y el acojone les ha llevado a odiar la historia, que se toman como un ataque personal.
Una película para pensar, llega mucho más allá de una simple oda al perroflauta, esos personajes patéticos de la sociedad actual cuyo parásito comportamiento no tiene nada que ver con este personaje o con los auténticos hippies que se encuentra.
Trata de un valiente (historia real) que hace lo que muchos pensamos cuando teníamos su edad, sin atrevernos. Criticable su desmesurado egoísmo, pero se antoja un rasgo necesario para permitirle romper con todo y afrontar su valeroso desarraigo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Si algo me sobra es el hincapié que se hace en la historia de los padres, puesto que como yo veo la historia no es ni mucho menos la causa de su viaje, y parecen querer justificar algo que no es necesario. De hecho no recuerdo que el libro insistiera tanto en ello.
Eso y lo de la niña de Crepúsculo en pleno celo adolescente, que sólo sirve para demostrar la moralidad del personaje y lo bien que se le da a la chica poner cara de mustia, pero que considero una parte totalmente prescindible.
Me encantan la pareja hippie, los cosechadores de maíz y el veterano de guerra.
La escena del permiso para ir en piragua lo dice todo ¿donde deja esta sociedad la libertad para hacer las cosas? En una interminable lista de espera o en un viaje obligatoriamente tutelado por 2000 dólares.
La escena del Alce, brutal, demuestra que Alaska no es Disneylandia, y no todo sale como planeas.
La naturaleza, tan bella y salvaje como siempre, era lógico que terminara imponiéndose; pero resulta muy triste que lo haga tras mostrarte la intención del protagonista de regresar.
El final, sobrecogedor. Le habría encantado a Jack London, que siempre rondó el tema del suicidio, y aunque no es el caso poca diferencia tiene.
Eso y lo de la niña de Crepúsculo en pleno celo adolescente, que sólo sirve para demostrar la moralidad del personaje y lo bien que se le da a la chica poner cara de mustia, pero que considero una parte totalmente prescindible.
Me encantan la pareja hippie, los cosechadores de maíz y el veterano de guerra.
La escena del permiso para ir en piragua lo dice todo ¿donde deja esta sociedad la libertad para hacer las cosas? En una interminable lista de espera o en un viaje obligatoriamente tutelado por 2000 dólares.
La escena del Alce, brutal, demuestra que Alaska no es Disneylandia, y no todo sale como planeas.
La naturaleza, tan bella y salvaje como siempre, era lógico que terminara imponiéndose; pero resulta muy triste que lo haga tras mostrarte la intención del protagonista de regresar.
El final, sobrecogedor. Le habría encantado a Jack London, que siempre rondó el tema del suicidio, y aunque no es el caso poca diferencia tiene.