Película de las consideradas menores, o alimenticias, de Buñuel. Menor porque es una película que se podría decir de encargo, hecha para poder hacer después otras más personales que se dice. El propio Buñuel solía renegar de la misma. Pero vamos a ver, ¿Qué tiene de menor “Don quintín...?” Sí, ya se, es la típica peliculicha hecha para el lucimiento de los actores, con dosis de humor y drama, digamos para todos los gustos, entretenida, previsible y que se olvida fácilmente, amén de un final totalmente desastroso. Sí, es verdad. Pero a la que miras un poco detalladamente descubres oro debajo de las capas de caspa.

Como suele pasar la gente se queda algo fría al ver la película porque acostumbramos a quedarnos únicamente en la parte argumental. Y sí, La hija del engaño argumentalmente no tiene nada. Su guión es irregular, irregular al principio, muy flojo al final, eso sí, con un puñado de muy buenos momentos. Pero la dirige Buñuel y eso se nota. Y es que Buñuel es muy genial y todo eso, maestro del surrealismo, vanguardista... pero además de eso es un director cojonudo. Maneja el lenguaje cinematográfico que da gusto y "La hija..." es un arsenal. Secuencia a secuencia es un no parar de buen uso de todo, desde la planificación, hasta el movimiento de la cámara, la dirección de actores, la luz, el tempo, el montaje... Mención aparte el uso de la elipsis, la película transcurre en unos cuantos años (unos 20) y las escenas se suceden casi con meses de diferencia y todo eso sin cartelitos de "2 años después..." ni nada de eso. Pero claro, ¿Para qué vamos a valorar esas cosas?