Efectivamente no se le puede reprochar nada a esta elegante adaptación del best seller Memorias de una geisha de Arthur Golden. Desde un punto de vista técnico la película es magnífica y recibió cinco nominaciones a los oscars ganando tres de ellos. Los actores también realizan un trabajo brillante con un Ken Watanabe en plena proyección y la belleza de las tres geishas protagonistas, en especial sorprende la de la veterana Michelle Yeoh, toda una milf. Sin embargo aunque el director cumpla correctamente con su trabajo a la historia le falta algo. El argumento resulta de lo más sugestivo, trata de la vida de una joven que es vendida por sus padres para convertirla en geisha y acaba enamorándose de un diplomático de alto rango. Las rivalidades, los celos y la vida de las geishas en el japón de los años treinta y cuarenta quedan fielmente retratadas en el film. Pero a la historia le falta garra, profundidad y emoción para cautivar. Es buena pero no una obra maestra y eso que tenía todos los mimbres para ello.