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Voto de Harold Angel:
3
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Thriller
Un equipo del FBI debe enfrentarse a una banda de criminales expertos en magia que se dedican a atracar bancos. Son "los cuatro jinetes”, un grupo formado por los mejores ilusionistas del mundo. Durante los atracos, siempre contra hombres de negocios corruptos, hacen llover el dinero robado sobre los espectadores, ante la atónita mirada de un equipo de élite del FBI que les sigue la pista. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora me ves es una embarullada intriga de suspense y acción inverosímil hasta el ridículo que mezcla deslavazadamente una historia de supuesta magia absurda e imposible de creer. Cuatro magos que forman parte de una asociación secreta de ilusionistas se dedican a robar a los ricos que han hecho su fortuna ilícitamente para repartir su dinero entre los pobres. Unos Robin Hood modernos que utilizan la prestidigitación para combatir a los avariciosos que han arruinado al resto.
Película tontorrona con un argumento que plantea una intriga que despista y confunde al espectador que se supone tiene que tragar con todo lo que le cuentan sin buscar explicaciones lógicas porque se supone que es magia y no tendría gracia que te explicaran el truco. Tragar y callar. Sin embargo la trama da tantas vueltas para sorprender al espectador y mantenerle intrigado que al final los guionistas tratan de aportar algo de luz al tinglado con explicaciones increíbles y sorpresas estúpidas. No faltan las consabidas escenas de acción y el policía torpe investigando el asunto siempre un paso por detrás.
Al final se te queda cara de topo estreñido y tienes la sensación de haber visto una empanada mental de unos guionistas poco inspirados entre los que se encuentra el antes prometedor Boaz Yakin. La cámara se mueve sin parar con travellings y mareantes movimientos circulares y lo único que destaca es la banda sonora. Los actores son buenos pero el director es incapaz de sacarles algo de provecho porque la historia es mala.
Película tontorrona con un argumento que plantea una intriga que despista y confunde al espectador que se supone tiene que tragar con todo lo que le cuentan sin buscar explicaciones lógicas porque se supone que es magia y no tendría gracia que te explicaran el truco. Tragar y callar. Sin embargo la trama da tantas vueltas para sorprender al espectador y mantenerle intrigado que al final los guionistas tratan de aportar algo de luz al tinglado con explicaciones increíbles y sorpresas estúpidas. No faltan las consabidas escenas de acción y el policía torpe investigando el asunto siempre un paso por detrás.
Al final se te queda cara de topo estreñido y tienes la sensación de haber visto una empanada mental de unos guionistas poco inspirados entre los que se encuentra el antes prometedor Boaz Yakin. La cámara se mueve sin parar con travellings y mareantes movimientos circulares y lo único que destaca es la banda sonora. Los actores son buenos pero el director es incapaz de sacarles algo de provecho porque la historia es mala.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al final el jefe de los magos es Mark Ruffalo que perdió a su padre en un fallido truco de magia. Le endosan el dinero robado a Morgan Freeman, un antiguo aspirante a la sociedad de ilusionistas que no consiguió ser miembro y que trata de descubrirlos.
Hay secuencias risibles como aquella en la que Dave Franco huye de la policía arrojándoles naipes. O aquella en la que Jesse Eisenberg esposa a Rufallo en la comisaría y se hace con la llave en un abrir y cerrar de ojos.
La explicación de la trama está cogida con alfileres. Resulta muy forzado creer que usen un cadáver del depósito para el accidente en el puente. Luego los tipos hacen cosas imposibles para huir de la azotea del edificio y la escena en la que timan al millonario cabrón encarnado por Michael Caine tampoco está bien explicada. No sabemos cómo se hacen con su número de cuenta y cómo reparten su fortuna entre el auditorio.
Hay secuencias risibles como aquella en la que Dave Franco huye de la policía arrojándoles naipes. O aquella en la que Jesse Eisenberg esposa a Rufallo en la comisaría y se hace con la llave en un abrir y cerrar de ojos.
La explicación de la trama está cogida con alfileres. Resulta muy forzado creer que usen un cadáver del depósito para el accidente en el puente. Luego los tipos hacen cosas imposibles para huir de la azotea del edificio y la escena en la que timan al millonario cabrón encarnado por Michael Caine tampoco está bien explicada. No sabemos cómo se hacen con su número de cuenta y cómo reparten su fortuna entre el auditorio.