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Voto de Harold Angel:
9
8.2
13,539
Drama
En 1948, tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuatro jueces, cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica, van a ser juzgados en Nuremberg. Sobre Dan Haywood (Spencer Tracy), un juez norteamericano retirado, recae la importante responsabilidad de presidir este juicio contra los crímenes de guerra nazis. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante película que narra los famosos juicios de Nuremberg en los que los aliados juzgaron a la mayoría de los responsables de la barbarie nazi. Un elenco de actores de primera realza esta extraordinaria obra de visión obligada como interesantísimo documento histórico y por las reflexiones morales morales que plantea. Atención al escalofriante discurso final de Burt Lancaster y al de Spencer Tracy con su veredicto, así como a la magnífica actuación de un inmenso Montgomery Clift y la enérgica interpretación de Maximilian Schell recompensada con un merecido Oscar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El guión se centra en mostrar cómo fue posible que brillantes hombres y respetados juristas fueron capaces de mirar para otro lado y consentir todo lo que pasó aún a sabiendas de las consecuencias que tendrían lugar. Esa fue la gran tragedia del pueblo alemán que trató de justificar lo injustificable, que se dejó llevar por las bravatas de un loco fanático cargado de odio y lo colocó al frente de la cancillería otorgándole plenos poderes. Hitler no engañó a nadie porque en sus discursos y reflexiones recogidas en su libro "Mi lucha" ya dejó bien claras cuáles eran sus intenciones para poner orden en su país y convertir a Alemania en una superpotencia compuesta por una raza de arios puros.
Dejó bien claro desde el principio quiénes eran sus enemigos a exterminar y aún así nadie le paró los pies hasta que comenzó la guerra. Pero las personas juzgadas no cumplieron sus penas íntegras ni de lejos porque se consideró que Alemania era un país clave para la reconstrucción de Europa y contener a los comunistas soviéticos. De hecho a punto de finalizar la guerra altos mandos políticos y militares estadounidenses defendieron una alianza con los nazis para enfrentarse a los rusos.
También se reprocha a los americanos que juzgaron a los criminales de guerra que también ellos cometieron atrocidades que quedaron impunes como los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en los que en unos segundos se asesinaron a decenas de miles de japoneses. En definitiva y sin querer extenderme demasiado lo que se explica en el film en boca de un Burt Lancaster, que con su discurso pone los pelos de punta, es cómo es posible que el mal triunfe en el corazón de las personas buenas e inteligentes y la situación degenere hasta el límite de la maldad humana. Lancaster lo explica muy bien pero no lo justifica porque acaba reconociendo su error y pide perdón por sus responsabilidades.
Dejó bien claro desde el principio quiénes eran sus enemigos a exterminar y aún así nadie le paró los pies hasta que comenzó la guerra. Pero las personas juzgadas no cumplieron sus penas íntegras ni de lejos porque se consideró que Alemania era un país clave para la reconstrucción de Europa y contener a los comunistas soviéticos. De hecho a punto de finalizar la guerra altos mandos políticos y militares estadounidenses defendieron una alianza con los nazis para enfrentarse a los rusos.
También se reprocha a los americanos que juzgaron a los criminales de guerra que también ellos cometieron atrocidades que quedaron impunes como los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en los que en unos segundos se asesinaron a decenas de miles de japoneses. En definitiva y sin querer extenderme demasiado lo que se explica en el film en boca de un Burt Lancaster, que con su discurso pone los pelos de punta, es cómo es posible que el mal triunfe en el corazón de las personas buenas e inteligentes y la situación degenere hasta el límite de la maldad humana. Lancaster lo explica muy bien pero no lo justifica porque acaba reconociendo su error y pide perdón por sus responsabilidades.