También se trata de una historia donde la relación paterno-filial dentro de una familia mafiosa se torna escabrosa por las desilusiones, por la búsqueda de la reivindicación en los errores cometidos, por la desesperada intención de querer demostrar la hombría para complacer a la familia siendo un asesino a sangre fría.

Un filme al que hay que respetar porque nos encierra en los pormenores y las claves propias del submundo del hampa organizado. Aunque sin tanto desarrollo de los entresijos de los negociados, la cinta nos sumerge en los códigos más férreos sobre cómo se vive y cómo se siente el ser mafioso en la sangre.

Además tenemos un elenco de lujo, recatadas dosis de acción, una banda sonora que acompaña ambientalmente con temas modernosos, algunos toques semi-cómicos, enredos simpáticos y toda la parafernalia que siempre rodea las películas de mafiosos.

Una película sencilla, pero contundente. No aburre nunca, está sólidamente interpretada y nos cuenta cómo es el entrar y permanecer siendo "operativo" en el mundo de la delincuencia.

La recomiendo con un seis por su dinamismo, por ser directa y efectiva en la concreción de sus objetivos sin complicarse inútilmente, por ser un moderno exponente del cine negro salpicado de humor, por ser simpática en el planteo de la omnipotencia del urbanismo versus la brutalidad campechana, y por ser concisa en la confección de un thriller moderno con reminiscencias del cine negro clásico.