Recórcholis con la peliculita... mi más sincera admiración hacia mí mismo por haber visto todos y cada uno de sus insufribles 95 minutos. Me he trabajado la paciencia que no veas. Y todo por amor a este arte.
Bueno, qué puedo decir... para los amantes incondicionales del género pues imagino que se puede ver. Típica película de esas en las que la estupidez humana vence a la razón, y la prepotencia racial vence a los sabios consejos. La ignorancia, mezclada con drogas y alcohol, aderezada con codicia y al lado de dos mozas (novia y cuñada) da lugar a masacres y baños de sangre, lo sabe cualquier ser humano medianamente aficionado al cine.
Mr. Perrier (buenísima agua con gas, por cierto), en un alarde de generosidad, nos hace llegar este bodrio, su segundo bodrio ("The Ante", 2006) aunque en esta bendita web sólo conste este en su filmografía. El color me ha parecido horroroso, y el uso de la cámara vulgar. El montaje, un despropósito, y la puesta en escena lamentable. Durante más del 50% del film, los protas viajan, pero total ausencia de RoadMovie, que el fulano este podía haber aprovechado para sacar más jugo a los personajes (que tienen tela de jugo del que al final lo desconocemos todo). No se dirigen la palabra en todo el interminable y tedioso viaje... en un osado cálculo mental de los kilómetros recorridos por los personajes me atrevo a decir que unos 250 en fregoneta, y unos 1500 en patera. Al protagonista NUNCA se le acaban ni el Bourbon ni los cigarrillos, excepto al final cuando ciertas dificultades orgánicas-músculo-esqueléticas-corporales-hemorrágicas-marronales se lo impiden, sólo faltaría eso.
Hablando del protagonista, Jared Cohn... el tío es director-productor-actor, y tiene una ristra de trabajos larga, aunque no sé si importante. Pues lo hace fatal, como el resto de actores/actrices.
La historia... pues nada, que dentro de su género, pues supongo que no está mal. Al parecer, según he leído por ahí, hay cierta inspiración en unos cráneos de barro encontrados en las ruinas de la neolítica ciudad de Jericó. Y como ya comprobaréis los amantes del género y algún que otro insensato, hay un popurrí de leyendas americanas que pretenden lo obvio: "que nadie salga vivo de aquí". El tal Perrier también es guionista, y no sé qué se le da peor.
Entre que no me gusta el género (pero no me pierdo una, tiene cojones) y que considero la película mala (que no muy mala, y eso es un éxito tratándose de este género) pues le pongo ese DOS.