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España España · El Puerto de Santa María
Voto de Jesus Gonzalez:
8
Thriller. Acción Jason Bourne ha recuperado su memoria, pero eso no significa que el más letal agente de los cuerpos de élite de la CIA lo sepa todo. Han pasado 12 años desde la última vez que Bourne operara en las sombras. Pero todavía le quedan muchas preguntas por responder. En medio de un mundo convulso, azotado por la crisis económica y la guerra cibernética, Jason Bourne vuelve a surgir, de forma inesperada, cuando desde el pasado reaparece Nicky ... [+]
4 de agosto de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jason Bourne lo recuerda todo, pero sigue necesitando respuestas. Catorce años atrás, este agente especial de la CIA fruto del programa Treadstone, se movía por las ciudades más exóticas del panorama mundial empujado por la necesidad de desentrañar los secretos que le apartaban de su propia identidad, a pesar de que al otro lado de las sombras le esperase el reflejo de un asesino frente al espejo.

Paul Greengrass toma los elementos más primarios de El Caso Bourne (2002) de Doug Liman y continua explorando los entresijos de la mente del espía norteamericano a la par que pone en entredicho ciertos métodos de defensa de su país, basados en la usurpación de la identidad del individuo en favor de la protección del colectivo. Tras el parón que supuso El Legado de Bourne (2012), Greengrass y Matt Damon vuelven a la carga con Jason Bourne, que sin abandonar el estilo natural de la saga, se convierte en la más elemental de la misma.

Lo cierto es que es imposible concebir a Jason Bourne sin Matt Damon, puro carisma andante cuya mirada sigue mostrando tormento a pesar de que su personaje haya recuperado la memoria por completo, o quizá son estos recuerdos los que provocan precisamente esa vaguedad emocional, esa incapacidad, intrínseca a estas alturas, de confiar en nadie y abandonar la soledad, más aún cuando esta vez se trata un conflicto mucho más personal. Su enfrentamiento con el agente interpretado por Vincent Cassel, y el alzamiento de su silueta, recortada por la luz que proviene del final de un túnel, se convierte en una de las secuencias más efectivas a nivel metafórico y visual de toda la saga.

Del otro lado, los miembros de la CIA interpretados por Tommy Lee Jones (soberbio y mezquino) y Alicia Vikander (álgida y astuta) intentarán acorralar a Bourne, persiguiéndolo a través de las revolucionarias calles de Grecia (que en realidad son nuestras Islas Canarias), Berlín, Londres y Las Vegas, donde se producen espectaculares persecuciones que, además de resultar escandalosamente entretenidas, sirven también para identificar un ligero cambio en el estilo de la franquicia, apostando esta vez por una cierta deformación fastuosa del realismo al que nos tenían acostumbrados, aunque siga sin abandonar el desarrollo tecnológico actual y la evolución social acerca de los mismos como aprovechamiento narrativo para criticar medidas políticas coartantes e ilícitas de fondo.

En definitiva, Jason Bourne ha vuelto con una remodelación simplista de sus esquemas argumentales; un acabado visual agitado que armoniza en todo momento con el exigente ritmo que marca desde sus primeras secuencias; y un ligero acercamiento hacia el cine de acción más vistoso y práctico, para borrar temporalmente de nuestra memoria la palabra aburrimiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jesus Gonzalez
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