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España España · Barcelona
Voto de Juankiblog:
4
Acción Mikel está a punto de casarse con Julia, la dueña de una importante joyería. Durante la fiesta en la que anuncian su compromiso, conoce a Ari, una de las camareras del catering. La atracción que surge entre ambos llevará a Mikel a interesarse por las carreras ilegales de coches, que es el mundo en el que se mueve Ari. Su amor por la chica es tal que abandona a Julia, sin saber siquiera cuáles son los planes de Ari y su novio. (FILMAFFINITY) [+]
11 de enero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi por primera vez el tráiler de Combustión en el cine, sin tener constancia alguna de la existencia de la misma hasta ese preciso momento, goterones de sudor frío recorrieron mi frente. Goterones provocados por la extraña certeza de que, tarde o temprano, terminaría viéndola.

Aquello que parecía un repulsivo exploitation de producciones ya de por sí bastante jodidas como 3MSC con cierto regustillo a Fast & Furious no podría resultar, de primeras, menos apetecible para mí. Sólo la posibilidad de tener que verla alguna vez me atormentaba todos y cada uno de los días de mi vida.

Y, cómo no, me terminaron invitando al pase de prensa.

No era un pase de prensa al uso. Normalmente, los pases de prensa suelen ser por la mañana en algún cine marginal y sólo acuden periodistas, críticos de verdad o frikis como yo que por algún motivo consiguen acreditarse. Pero en este caso el pase fue en un Cinesa y a las 18:00. Mal presagio. Mis temores se confirmaron cuando, al llegar, me preguntaron si estaba acreditado o si venía "por lo de Tuenti". No tardé en descubrir que el pase era tanto para prensa como para los ganadores de un concurso que tuvo lugar en aquella red social.

Resumen: La sala estaba llena de canis y periodistas. Ya mal.

Seré honesto. A los 5 primeros minutos estaba deseando salir corriendo de aquella sala, viéndome abrumado ante la incesante oleada de caspa y cutrez a la que me sometieron. A los 10 minutos pasé por una etapa de resignación en la que me fui acostumbrando poco a poco al nivel de lo que estaba viendo, y comenzando a tolerarlo sorprendentemente bien. Llegados los 15, una extraña diversión masoquista comenzó a apoderarse de mi ser. Y para cuando ya habían pasado 20, debo confesar que aquello se convirtió en un tour de force en el que no podía parar de reír y de gozar como un auténtico gorrinazo, disfrutando, recreándome y rebozándome entre la mugre que desprendía cada fotograma de aquella película y sin importarme todo el product placement que se empeñaban en vomitarme a la cara.

Combustión es mala. Terriblemente mala. Pero es imposible no pasárselo bien con ella.

Tal y como me temía, no deja de ser un mero intento de rascar algo del éxito cosechado por películas como 3MSC y secuela. Comparten productora y pretensiones. Y el esquema, aunque con algunos cambios, no deja de ser el mismo: mojabragas por excelencia como protagonista, historia de amor pastelosa, inverosímil y que bordea constantemente la vergüenza ajena, algún toque de acción repartido con cuentagotas para que los canis alfa no se aburran demasiado... Pero lo más divertido, lo que menos me esperaba, lo que se me escapó por completo cuando vi aquellos tráilers es que —como giro inesperado—, Combustión no sólo juega a ser la versión descafeinada y sin carisma de Fast & Furious. También quiere ser la de Drive.

Esto va completamente en serio. No es un comentario anecdótico. Hay momentos en los que esta película, muy conscientemente, imita planos y situaciones muy concretas de la cinta de Nicolas Winding Refn. Joder, ¡si hasta el título se parece! Mi teoría es que el título original iba a ser 'Conducción', pero se rajaron en el último momento.

Clasificarla en un género es harto complicado. No es un thriller, porque las cosas se ponían más chungas en cualquier episodio de Al Salir de Clase. No es de acción ni de carreras de coches porque hay 4 tiros y 2 carreras repartidas en dos horas de película. Y si nos metemos en la historia de amor, es tan absurda, moral y éticamente cuestionable que dudo muy seriamente que a cualquier persona le pueda parecer bonita.

Entonces, ¿qué es Combustión? Pues una basura, copón, ¿no lo he dicho ya varias veces?

Pero una basura inclasificable. Culpa del guión firmado por Carlos Montero y Jaime Vaca. Lo sorprendente no es que haya hecho falta 2 personas para escribirlo, sino que les hayan pagado. El mayor problema que tienen es que, cual serie de Globomedia, no tienen claro en ningún momento cuál es el foco principal de atención. Gracias a ello, el ritmo sufre unos altibajos que serían la envidia de cualquier montaña rusa. A veces quiere ser un thriller, luego quiere ser un drama romántico y al final termina siendo un anuncio de Tuenti.

Porque, ¡oh, sí! El product placement en esta película roza lo obsceno. Nos obsequian con planos detalle de los móviles, tablets, portátiles y demás productos de Sony que utilizan los personajes. También habrá enormes carteles de Coca-Cola ávidos de protagonismo. La mejor escena es cuando el villano investiga la identidad del protagonista. En cualquier otra película hackearía bases de datos de la policía o mierdas por el estilo. Pero aquí no. Aquí hace una búsqueda en Google para ver si encuentra su Tuenti.

Parte positiva: la dirección de Daniel Calpasoro, siendo completamente justos, no está nada mal. No tiene pinta de haber manejado un presupuesto excesivamente generoso, pero ha sabido aprovecharlo como es debido y al final este exploitation no es tan chungo a nivel técnico como podría haberlo sido.

¿Y qué sería de una mala película sin unas malas interpretaciones? Puestos a hacer las cosas mal, qué menos que llevarlo hasta las últimas consecuencias. Tirón de orejas, en este sentido, para Alberto Ammann, puesto que es el único que desentona con el resto del reparto al ofrecer una actuación medianamente aceptable. Adriana Ugarte también representa una pequeña decepción, su actuación es bastante mala pero a ratos sabe disimularlo. Menos mal que los secundarios, casi todos recién sacados de las series de televisión más insufribles, saben perfectamente dónde se han metido y se comportan exactamente igual que en la pequeña pantalla. Me quito el sombrero ante María Castro, imposible discernir si está en una película o en otro capítulo de Sin Tetas No Hay Paraíso.

(Continúo en spoiler, sin ser spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juankiblog
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