Probablemente satisfaga a los admiradores de la saga y a quienes puedan perdonar su notable desliz en comparación con las absorbentes dos primeras entregas, pero cuando ya la segunda cerró el círculo del todo e incluso el propio director/escritor sale admitiendo que hizo este “epílogo” por dinero sólo se puede asegurar que “El padrino III” es una enorme decepción y un gran insulto a la franquicia más venerada del cine, disfrazada sólo con buenos ropajes y elegante dirección. Se notaba que el argumento ya no tenía nada que exprimir, por lo que volvemos a los orígenes de forma inútil y con los temas de redención y perdón que no hacen más que mancillar la imponente interpretación de Al Pacino en las originales para despojar de toda personalidad y poder (error mortal) a Michael Corleone. Ni siquiera resulta entretenida, ni siquiera esa operística resolución da tensión o cuenta algo nuevo. Es predecible desde el inicio, no tiene ese poderío narrativo, ni menos esas geniales salidas de guión de las anteriores. Uno de los peores y más innecesarios cierres de franquicia que hayan podido ser hechos y un “epílogo” malogrado y traicionero al imponente legado previamente construido.