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Voto de Sergio Berbel:
6
Terror María y Jesús acaban de ser padres, pero su relación de pareja no pasa por el mejor momento. Están en crisis y tienen varios problemas. Lo que no imaginan ni en sus peores pesadillas es que la compra de una mesita para el comedor se convertirá en la peor decisión de sus vidas. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2024
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me deja una sensación de sobrevaloración generalizada esta gamberrada de Caye Casas que mezcla de forma impune comedia castiza y terror sin llegar a brillar en ninguno de los dos géneros. Ya se conoce que estábamos ante una infinitesimal propuesta que ha trascendido todos los límites imaginables a partir de un tuit del todopoderoso Stephen King alabándola. A partir de ahí, el fenómeno sociológico se ha desatado y, sinceramente, no me resulta para tanto.

Lo realmente notable es el inesperado giro de la comedia costumbrista al género de terror. En eso resulta muy llamativo su desparpajo. Pero poco más. Personajes trazados con brocha gorda, diálogos difícilmente creíbles, situaciones imposibles que con calzador pretenden hacernos reír… Su interesante final no la redime de esa navegación demasiado plácida durante buena parte de su metraje por los lugares comunes de la comedia televisiva, porque no deja de parecerme en todo momento una “sitcom” venida a más.

Debo reconocer que la dirección de Caye Casas es meritoria, sabiendo sacar partido a los escasos medios presupuestarios con los que cuenta. En ello, la labor de dirección es encomiable. Pero, para mí, adolece de dos fallos imperdonables: el errático guión del propio Caye Casas y Cristina Borobia por un lado; y el terrible error de casting de su pareja protagonista, los cuales realizan una buena labor interpretativa, pero no encajan con sus personajes. Ni David Pareja puede encarnar a ese guapo irresistible que perfila el guión, ni mucho menos Estefanía de los Santos puede representar a una madre primeriza. A partir de ahí, me cuesta creerme todo lo demás, salvo el papel de jovencita vegana de Claudia Riera, que sí que está a la altura de las circunstancias.

Sobre la historia que cuenta, cuanto menos se sepa antes de su visionado, tanto mejor, porque es en la sorpresa y en los giros de guión donde se crece una cinta que gira alrededor de una maldición que gravita en torno a la adquisición de una espantosa mesita para el comedor por capricho del nuevo padre en contra de la opinión de la madre primeriza. Todo puede complicarse mucho en la vida, todo, especialmente en este film de 88 minutos, que quizás podría haber tenido algunos menos en su montaje final.

Ni la música de Esther Méndez ni la dirección de fotografía de Alberto Morago, a pesar de ser interesantes en su precariedad y limitaciones presupuestarias, van a pasar a la historia del cine. En general, presenta cierto aire a Álex de la Iglesia que no va conmigo.
Sergio Berbel
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