Creo que Night Shyamalan es un director engullido por su propio éxito. Tras un megahit (bastante discutible) de crítica y público como “El sexto sentido”, pareció creerse la encarnación de una nueva forma de hacer cine de terror “inteligente”. Con la excepción de “El bosque”, que me parece su mejor obra, ha ido de mal en peor. Esta “Chica del agua” ni inquieta ni entretiene, resulta profundamente aburrida porque el guión y los personajes carecen de fuerza; y los actores no ponen mucho de su parte por cambiar esta situación. Es un desafortunado intento de fundir difusas creencias orientales con la descreída sociedad actual, salpicado de momentos de terror nunca explícitos, pero que en lugar de crear desasosiego en el espectador, provocan que éste mire al reloj con creciente insistencia. Giamatti está muy bien en “Entre copas”, pero en la mayoría de sus demás papeles resulta deprimente. Me parece que su bobalicona expresión no favorece, precisamente, la creación de una atmósfera inquietante; todo lo contrario, la tartamudez de su personaje mueve a la risa, o a la irritación. Una metáfora sobre el bien y el mal revestida de cuento infantil que hace aguas, nunca mejor dicho, por todas partes.