“Australia” es una vuelta sin complejos hacia las grandes superproducciones de los años cincuenta, sin miedo a gastar un pastón en rodar en los mejores parajes, con los mejores actores, el mejor atrezzo, los mejores efectos especiales y las licencias (tanto históricas como teatrales) que sean necesarias. Y por supuesto, sin que tiemble la mano a la hora de alargar el metraje hasta más de dos horas y media para rentabilizar a Nicole y Hugh colocándoles en todas las escenas posibles.

Me congratula. No sé por qué últimamente hay una afán por lo independiente y lo minimalista que considera decadente cualquier obra en la que haya efectos especiales o protagonistas con glamour. Cine “comercial”, lo llaman, como si fuese un insulto cuando en realidad lo que les jode es que alguien se arriesgue y ponga medios para hacer una película entretenida. Y “Australia”, con sus múchos defectos, con sus decorados horteras “made-in-Moulin-Rouge”, con enrevesadas situaciones que permitan posar para lucimiento de Hugo y Nicole, con su guión de telenovela, con etc, etc… es entretenimiento pensado para hacer pasar un gran rato sin más a pesar de su duración.

Cualquiera podría esperar que después de arrasar con la atrevida y sobrecargada “Moulin Rouge”, Baz Luhrmann no se complicase la vida y se limitase a hacer una segunda parte (o sea, que “Australia” fuese el mismo perro con distinto collar) o buscase desesperadamente superar las expectativas rompiendo con una obra maestra. Como digo, afortunadamente, “Australia" no es un intento de obra maestra ni es Moulin II (no porque piense que Moulin sea una mala película, sino porque creo que con una basta y querer hacer lo mismo con otros mimbres no suele dar buenos resultados), es cine de entretenimiento épico con toda clase de sorpresas y giros.

¿Lo bueno? Su grandiosidad y la ambientación medio bohemia, medio kitch, sin complejos que inunda la película. ¿Lo malo? Por buscar algún defecto, su ritmo es irregular, con un enorme bajón en mitad de la película durante la transición entre la trama principal y el final de traca. En todo caso, es imposible no encontrar una tarde de ocio para verla con palomitas y/o helado.