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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
9
Aventuras. Acción Guerras napoleónicas, año 1805. Bonaparte domina Europa. Inglaterra consigue resistir porque es la primera potencia naval del mundo. Precisamente por eso los mares se convierten en un crucial y estratégico campo de batalla. En el Atlántico, el Surprise, un navío inglés capitaneado por Jack Aubrey (Crowe), es atacado por sorpresa por un buque de guerra francés. A pesar de los graves daños sufridos por la nave, Aubrey decide navegar a ... [+]
1 de agosto de 2020
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Master and Commander” es la mejor película de aventuras marinas que se ha rodado jamás. Puede que en aspectos intangibles y emocionales como intensidad, simpatía o encanto, se la puede considerar a la par de los clásicos tipo “El temible burlón”, “El cisne negro” o “El halcón del mar” pero en el apartado puramente técnico hablamos de cosas distintas. Es como la NBA y la ACB. Basada en la saga de novelas de Patrick O’brian, la película toma elementos de varias de ellas para construir su propia historia que, si bien a lo mejor no es cien por cien fiel al libro, sí lo es al espíritu naval militar.

Yo no entiendo de navíos del siglo XIX más que generalidades que he leído por ahí y algún documental del Canal de Historia, pero tengo instinto y sentido común para saber cuándo me están haciendo vivir la época y cuándo me están dando una visión artificial. Y con “Master y Commander” me sentí transportado durante dos horas a las inclemencias, incomodidades y fascinación de la vida en una fragata, donde no hay más horizonte que el mar, más dios que tu capitán y más sostén que tus camaradas. Cuenta Pérez-Reverte – del que me suelo fiar en general y, en particular, cuando habla de temas marinos- que la película contó con el asesoramiento de los mejores expertos en la materia, incluso en materia de traducción de términos y conceptos. Se nota y nadie puede negar que haya sido dinero bien invertido, porque no se ha dejado un cabo suelto ni un detalle a la imaginación.

Armamento, uniformes, material y, especialmente, las técnicas de navegación y las tácticas de combate son un fiel reflejo de lo que debieron ser en aquellos tiempos o, por lo menos, son perfectamente creíbles. Contribuyen también Russell Crowe en lo que debería ser uno de sus papeles más destacables – pero no lo es porque así es la vida -, Paul Bettany y tantos y tantos secundarios, todos ellos perfectamente metidos en unos papeles y unas interpretaciones muy de época, haciendo que cobren vida los personajes literarios.

Vale, sí, todo en la película contribuye a la sensación de realismo, a la inmersión en la historia, pero, si la vida en el mar suele ser tan monótona, con agua por todas partes, días que son siempre iguales, con las mismas rutinas… ¿cómo se resuelve el gran riesgo de estas películas de conseguir que sean interesantes? Porque claro, si para que haya interés tienen que pasar cosas a menudo y si pasan cosas a menudo no es realista, parece que entramos en bucle. Pues no sabría decir (no soy especialista en cine) si es mérito del guion o de la dirección de Peter Weir, pero el caso es que la película tiene un ritmo perfecto en el que la HMS Surprise persigue a su némesis francesa por medio mundo sin que los saltos temporales apenas se noten, así que estamos en todo momento pendientes de algo mientras el reloj avanza lo rápido o lento que necesita la acción, sin giros bruscos. Es todo lo contrario a “Piratas” de Roman Polanski, donde la acción -por llamarlo de alguna manera- transcurría casi en tiempo real aburriendo al más atrevido.

Se oye a menudo que tal o cual película te hace vivir una aventura inolvidable, pero muy raras veces es cierto. “Master and Commander” es una excepción. No es que narre una aventura; no es que veas una aventura en pantalla; es que una ambientación tan lograda y un grado tal de rigor histórico que VIVES una aventura. Es que subes a bordo de la HMS Surprise y te hace sentir que formas parte de cada escena al lado del capitán Aubrey, que comes en el camarote del capitán, que compartes litera con la tripulación, que desembarcas en las Galápagos como parte de la expedición científica, que subes al palo mayor, que abordas otros barcos, que disparas cañones, que sientes el frío antártico y el calor tropical… son muchas experiencias como para dejarlas pasar. No seáis tontos, no lo hagáis.

Su único defecto es que te deja con ganas de más, de que los que manejan el dinero en Hollywood se hubiesen decidido a crear una saga (libros no faltan, hay toda una colección del Capitán Aubrey y Maturin).
OsitoF
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