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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
6
Thriller. Drama Año 1921. España vive un momento agitado y caótico: son los años del plomo, fruto de los violentos enfrentamientos callejeros entre matones y anarquistas. El gansterismo y los negocios ilegales están instalados en la sociedad. En esta situación de disturbios, Aníbal Uriarte es un policía enviado a Barcelona para colaborar en la detención de los culpables del robo a un tren militar. Aníbal y sus formas no encuentran mucho apoyo entre sus ... [+]
19 de octubre de 2018
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su segundo largo después de El Desconocido, Dani de la Torre nos ofrece un lujoso envoltorio carente de sustancia, pero muy entretenido. Recrea la Barcelona de principios de los años 20, la de los enfrentamientos entre grupos anarquistas y pistoleros a sueldo de la patronal, esa misma patronal que bendijo el golpe de estado de Primo de Rivera, recibió con toda clase de adulaciones al general Franco, se enriqueció todavía más durante la dictadura del gallego, y hoy acoge con entusiasmo los delirios supremacistas del innoble Quim Torra, títere del iluminado Puigdemont. Pero ésa es otra historia.
De la Torre ha visto mucho cine negro y ha sufrido un empache, de cuyas secuelas ha surgido La sombra de la ley. Los críticos hablan de influencias del noir de los 40-50, de Scorsese, pero en realidad, en mi humilde opinión, el realizador gallego de quién ha tomado buena nota es de Sergio Leone y su monumental Érase una vez en América. Incluida la banda sonora. Fijaos en el tema interpretado por Ainhoa Arteta: clarísimo homenaje a Edda Dell'Orso, la cantante que colaboró en los westerns de Leone, cómplice favorita de Ennio Morricone. Después de un comienzo fastuoso con el asalto al tren militar, y tras introducirnos en el cabaret Edén con un lujoso travelling de varios kilómetros, empiezan las bofetadas y los tiroteos, que menudearán a lo largo de la cinta. Impecable plasmación de la Barcelona del momento (digo yo; no estaba presente ni de lejos), que algún Goya de relleno le deparará, atinada descripción del clima corrupto vigente, tanto en la policía como en el bando de los señoritos, ingenua plasmación del bando proletario entregado a la causa anarquista, es decir, a la CNT, el Sindicato que mejor defendía los intereses de la clase obrera, si bien no se le menciona en ningún momento de la película, como si les diera vergüenza mentarlo. La trama es enrevesada y quedan algunos flecos sueltos y varias incoherencias, pero atrapados como estamos entre tiroteo y tiroteo, dejamos que la cosa fluya a sus anchas. Es una producción con empaque y ansias de gustar, y de recaudar mucha pasta, por supuesto. Pero al final te cansas de tantos movimientos de cámara envolventes, superfluos y repetitivos, como la misma trama, que da vueltas sobre sí misma sin acabar de evolucionar, hasta desembocar en otro grande finale impactante.
En cuanto al apartado interpretativo: Tosar está hiératico. No mueve ni un músculo. Reparte tortas y balazos sin despeinarse el peluquín. Eso sí, fuma como un poseso. Todos fuman. Ernesto Alterio, en el límite de la histeria, encarna al policía psicópata de turno, el Tísico, robando escenas sin el menor recato. Michelle Jenner, lo siento, bonita, estás fatal. Ni te crees el personaje, ni lo sientes, ni lo fagocitas. Lamentable. Espero que te repongas pronto. Y arropando la función, un montón de secundarios que sostienen la trama, muchos de ellos procedentes de las series televisivas, como Paco Tous, un valor seguro, Fernando Cayo, Pep Tosar... Y una morenaza de importantes atributos y cara gatuna que responde al nombre de Adriana Torrebejano, a la que auguro un brillante porvenir.
Dos horas, y no te aburres. No todo el mundo puede decir lo mismo.
Eduardo
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