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España España · Burgos
Voto de Aslan :
8
Terror. Thriller El día de su ejecución programada, un asesino en serie condenado a muerte es objeto de una evaluación psiquiátrica de último minuto, ordenada por el tribunal, con el objetivo de comprobar si mentalmente el preso es apto para la sentencia. El asesino, de nombre Edward, sorprende al psiquiatra afirmando que en realidad es un demonio y quiere que la ejecución siga adelante.
25 de junio de 2023
91 de 125 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta cuando menos curioso que la figura del demonio continúe siendo atractiva para el mundo en que vivimos. Ciertamente, hoy hay mucha gente que se declara atea o agnóstica, o que afirma profesar religiones en las que el diablo no tiene cabida —otras, empero, en las que es su mayor paladión— o que entienden que Satanás es un mero mito; sin embargo, su presencia es recurrente en la iconografía popular, y el cine es testimonio de ello. De este modo, por ejemplo, no hace mucho que hemos podido ver en pantalla la cinta "El exorcista del papa", un biopic suigéneris sobre el célebre Gabriel Amorth, que hizo frente al maligno hasta el fin de sus días. Por desgracia, se trataba de la versión hollywoodense de una historia que podría haber sido francamente interesante. Pues bien, para remediar este entuerto, está por llegar otra que pone al demonio en su sitio: "Nefarious".

Por suerte, la realización del filme ha recaído en manos de unos artífices cristianos que ya están versados en estas lides: Chuck Konzelman y Cary Solomon, responsables de "Unplanned" y "Dios no está muerto". Estas cintas, en efecto, con sus más y sus menos, sacaron a relucir valientemente temas que ya nadie se atrevía a poner sobre el tapete por temor a las represalias: la primera, el aborto como un asesinato; la segunda, la pervivencia de Dios en las instituciones públicas. Una y otra se vieron rodeadas por la crítica y hasta por el boicot, pues fueron prohibidas en diversos estados de Norteamérica; sin embargo, ello no fue óbice para que aquellos continuasen su lucha cristiana a través de la gran pantalla, pues así nos exhorta el Evangelio: «No tengáis miedo a quienes pueden acabar con vuestro cuerpo, pero nada más; temed, empero, a aquel que puede arrastraros a la gehena […]. Aquel que declare en mi favor ante los hombres, recibirá mi testimonio ante el Padre» (Mt 10, 28. 32).

Por este motivo, y como venimos diciendo desde el principio, no crea el lector que se va a topar con un espectáculo de luz y sonido, como en la mencionada "El exorcista del papa", que roza en ocasiones el ridículo (si no cae plenamente en él); hallará, por el contrario, una disertación muy hábil sobre el auténtico poder del maligno en el mundo de hoy, que precisamente por declararse en su mayoría ateo o agnóstico, le ofrece un pasto asegurado. Aunque podríamos traer a colación varios asuntos que son abordados por el filme, a nosotros nos gustaría subrayar los que consideramos más importantes. Estos son:

1. Una persona no es poseída de la noche a la mañana, sino que lo hace como consecuencia de cesiones constantes al mal. Por ejemplo, y como expone el filme, si un niño roba un juguete, abre con ello una fisura en su alma que se ensancha a medida que comete ulteriores crímenes. Si dicha persona no está bautizada, el riesgo a ser atenazada por el diablo es mayor, porque no cuenta con la gracia de Cristo, que lo impulsaría al arrepentimiento y a la reconciliación con Dios.
2. La eutanasia es una gran victoria del inframundo, porque presenta como una conquista del progreso humano lo que en verdad es un auténtico retroceso: propiciar la muerte. El hombre está llamado a compadecer a su congénere, no a aniquilarlo; sin embargo, bajo la máscara de una caridad mal entendida, hoy se recurre a esa compasión para asesinar incluso a nuestros familiares. Como el demonio es el embaucador, el padre de la mentira, gusta de presentar sus perversas maniobras bajo el barniz de la bondad.
3. Quizás el diálogo sobre el aborto sea el más sobrecogedor. Para resaltar hasta qué punto es una acción demoníaca, el supuesto diablo del filme equipara este asesinato al sacrificio perpetrado por los antiguos adoradores de Moloc, a quien los mismos padres entregaban a sus hijos, que eran consumidos por las llamas entre vagidos desgarradores. Como hoy somos más sensibles, ocultamos tales llantos en el silencio del seno materno, pero el dolor es el mismo, y el agente que lo provoca, idéntico al sacerdote del terrible dios pagano.
4. El movimiento Woke también hace aquí su acto de presencia, mas curiosamente no se trata de una operación directa del maligno, sino del fruto de sus inveteradas intervenciones en la historia de la humanidad. En efecto, el hombre ya se ha acostumbrado de tal modo a aceptar el mal que no es capaz de reconocer el bien (o mejor aún, que ya piensa que lo malo es bueno, y viceversa); de esta manera, generando un tsunami social que pretende aplicar el bienestar humano, propicia en realidad una oleada de odio y destrucción que anhela en el fondo socavar la cultura cristiana e imponer otra eminentemente atea.
5. Por último, las motivaciones de los demonios, que no son otras que humillar a Dios. Este, en efecto, ama con locura al hombre, y por eso le otorgó la libertad al principio de los tiempos: «Si el amor no es libre, no es verdadero amor», llega a decir el sedicente diablo. Por esta razón, condicionando su libertad para que elijan el mal, Satanás y sus adláteres van dirigiendo a los hombres hasta las puertas del averno, de donde ya no saldrán jamás; así escarnecen al Creador, a quien le habría encantado gozar de la presencia de sus hijos en el cielo, pero que tiene que ver cómo se calcinan en el infierno.

No pensemos que estas cinco claves son abordadas por la película mediante grandes disertaciones teológicas; por el contrario, son acometidas con un lenguaje sencillo, y por ende, fácilmente comprensible para el espectador. Y justo aquí es donde estriba la virtud del filme, porque aspira a presentar la verdadera esencia del demonio, de manera que todo el mundo sepa que existe y actúa (y cómo actúa): si fuera un sesudo tratado teológico, poca gente pagaría por verlo; mas al ser una obra de argot llano, está al alcance de cualquiera. Pero “llano” no significa limitado, escaso o pueril, sino, como hemos indicado, accesible; y presentar grandes problemas teológicos de esa forma es innegablemente una virtud.
Aslan
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