Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Tithoes:
7
Comedia. Terror El jovencito Cole se queda despierto hasta tarde... con la única compañía de su guapa niñera. (FILMAFFINITY)

28 de marzo de 2018
Sé el primero en valorar esta crítica
Lo mejor: el carisma del joven (Judah Lewis) es excelso, transmitiendo la curiosidad e inocencia que un chico de doce años infravalorado por sus progenitores (Leslie Bibb y Ken Marino) como el que interpreta atesora, así como las típicas inquietudes que en esas edades imperan como la fobia a las agujas (gripe), la problemática en la vista (miopía), la inexperiencia con las mujeres (virginidad) y la ambigüedad de las palabras (“moñas”); la serie de lapidarias frases que el guionista (Brian Duffield) regala, a través del montaje de un director conocido bajo las escuetas e intrigantes siglas McG (estas constan en hasta dieciséis producciones de lo más variopintas, entre ellas la saga Los ángeles de Charlie y Terminator salvation), al espectador, tales como “en clase no se aprende, para eso está internet” y “es como si Jesús no supiera ir al cielo, solo hay que subir”; la especie de versión gore de Solo en casa en la que se traduce la película a raíz de la recogida de sangre para el ritual satánico que conjura el grupo de adolescentes encabezados por Bee (la niñera en cuestión) con el inestimable sacrificio humano, pretendiendo pactar con el demonio para conseguir lo que cada uno desee sin tan siquiera imaginar que el destino les depara algo bien distinto, suponiendo las muertes (a cada cual más atroz que la anterior mediante la interferencia con cuchillos, arpones, pistolas, trofeos, cohetes, cuerdas, escopetas y coches) un magnífico entretenimiento para el público general y aquellos que ansían lo macabro en particular.

Lo peor: el primer tercio (exactamente veintiocho minutos) es un cúmulo de despropósitos que invita poderosa y apresuradamente al abandono del visionado, sucediéndose precarias analogías (el símil con la prostitución), insoportables identidades (el carácter del vecino), pésimos gestos (el saludo con el índice), selectivas divagaciones (el equipo para salvar el mundo), clásicos doblajes (la recreación frente al proyector) y gratuitos erotismos (el juego de la botella), entre otras lindezas que antaño funcionarían pero hoy en día resultan poco menos que insultantes al abusarse del lenguaje soez y el humor infundado; la figura de la en teoría irresistible cuidadora no está para nada lograda, encarnándola una actriz (Samara Weaving) que poco entusiasma y menos atrae como tal al darla vida de un modo muy efímero y más superficial aun albergando todo lo necesario para que fructificara su labor; la perspectiva subjetiva empleada en cierto momento congratula tanto que se extraña en exceso durante el resto del metraje, siendo por ello un atisbo de lucidez entre tanto convencionalismo camarógrafo (bien ejecutado y mejor aprovechado a medida que avanza la historia).

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow