Puse la película para verla con mi novia, que no es en absoluto una fan del género, y estuvimos a un pelo de quitarla. Afortunadamente, llegamos hasta el "falso final" y acabamos riéndonos muchísimo con la segunda parte. Nos pareció particularmente divertido ver explicadas cosas que habíamos comentado como fallos garrafales durante la primera parte: correr en círculos alrededor de una cámara en el suelo, la gran cantidad de hachas que había esparcidas, las escenas eternas de silencios incómodos, los innecesarios primeros planos de gritos, actores en el fondo de la secuencia sin hacer nada, el tobillo torcido que cambia de la pierna izquierda a la derecha durante la persecución, etc. Fue genial descubrir que todo esto estaba pensado para que el espectador se fije en ello.

En resumen, pensábamos que esta película iba en la línea de 'Sharknado' y finalmente tiene más en común con el '8½' de Fellini.