Creo haber visto sólo una peli de David Lynch, El Hombre Elefante. Que sí, es muy buena. Ahora, es una película coherente sin estrambotismos ni escenas surreales de esas que sólo entiende el director o sus allegados, por eso me gustó.
No creo que La Cabeza Borradora, una paja cinematográfica, me llegara a gustar. A mí, las películas raras como Cowboy de medianoche, o Love and Death, o Cadillac man, si me han gustado es por el atractivo físico casi magnético y sexual de sus protagonistas (El Dustin Hoffman, Woody Allen, Robin Williams), y porque tienen después de todo una trama.
Si quiero ver surrealismo, veo un Dalí, y no una película que te va a dejar frío y de la cual no extraerás nada salvo un buen pellizco en los huevos, como decía aquél.
Pero he de admitir que este corto que nos ocupa ahora, El analfabeto, como diría Paulina Rubio, tiene algo que me acojona y me engancha.
La niña ésta con cara porcina que de un segundo a otro se asoma en un primer plano para invadir tu espacio y darte un susto que pa qué, las voces de niños (esto nunca falla) repelentes, sangre, oscuridad (unió, destrucció, el món sencer pot ser una ruina, això no ho consentirem), y una atmósfera que realmente consigue hacerte recordar malos sueños que alguna vez has tenido, y que te han impedido levantarte a mear porque estabas aprisionado por el miedo, y a punto de cagarte en la cama.
Por eso le llega al resuello el 7/10.