Aquí tenemos una genuina película de culto.
Diablo tiene talento por todos lados, y por sobre todo, es muy divertida de ver, y se disfruta especialmente por su mezcla de audacia extrema e ingenuidad minimalista.

Ganadora de la Competencia Argentina del 26 Festival Internacional de Cine de Mar del PlataDiablo, (2011), del periodista y realizador Nicanor Loreti, apuesta a lo mejor del cine de género con excelentes resultados tanto en lo narrativo como en lo estético.

Diablo centra su relato en la relación entre un ex boxeador, Marcos, que tras matar a su contrincante en el ring se ve obligado a retirase, y su primo, Huguito, un típico porteño que que se cree piola y busca embocar un negocio para así salvarse el resto de su vida.
Ambos se verán envueltos en una extraña carnicería humana , en donde Marcos demostrara que sigue siendo un luchador como pocos, un duro que trata de encauzar su vida pero que la violencia siempre reclama. Un antihéroe, un perdedor, pero con una fuerza y un corazón tremendo.

Juan Palomino logra un trabajo sin precedentes, tanto en lo físico como en lo mental, su construcción de Marcos Waisberg, a quien en sus buenos tiempos apodaban "El Inca del Sinaí", es sorprendente y natural. Lejos lo mejor de su carrera. Sergio Boris, como el primo descerebrado, Luis Ziembrowski y Luis Aranosky logran el contrapeso justo para la historia.

No es bueno adelantar nada más de la película, el viaje que nos ofrece es un viaje solo de ida y es mejor disfrutarlo no conociendolo.

Los rubros técnicos también son altamente remarcables, Nicanor Loreti hace uso de todo los recursos que tiene a mano, y desdobla el relato de mil maneras, va hacia delante y hacia atrás en los tiempos, cuenta hechos paralelos, y a todo le otorga una estética diferente, fascinante y sin embargo logra que el espectador no se pierda.

El argumento (otro punto fuerte, desquiciado, pero atrapante) se sigue con interés, a la altura de los grandes thrillers, y además se le adosa buenas cuotas de humor.

Casi toda la película se desarrolla en una locación, la casa de Marcos, lo que supone que no hubo una gran inversión en la película, esto demuestra que con talento y audacia se puede lograr lo que otras películas de millones de dólares no logran.
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Excelente de principio a final.

Lo mejor: la increíble actuación de Palomino, la audacia del director para realizar un filme distinto
Lo peor: la poca recepción que tuvo en la taquilla, un lastima.
La escena: cuando Marcos se enfrenta con dos mafiosos que lo habían golpeado y vejado, una de las mejores escenas del reciente cine argentino.