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Chile Chile · Santiago de Chile
Voto de buyinski:
3
Comedia. Terror En una fiesta de chicas algo desquiciadas entra en escena un psicópata con un taladro que tan solo quiere disfrutar matando con su aparato... (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace rato que las películas de antaño con recursos escasos no sólo de tipo monetario, sino que creativo, mientras más precarias sean -o como dirían los españoles "cutre"-, más grado de culto despiertan entre los fans del cine. Porque la pantalla grande no solo es éxitos, también experimentos que no siempre resultan.

Chicas sosas, curvas generosas de otras épocas, actuaciones terribles y un guión al menos cuestionable es lo que presenta "The Slumber Party Massacre" (1982), la masacre de las pijamas, donde el desquiciado de turno si bien es creíble en su cara de demencia, de ahí en más no ofrece más a la historia que básicos "corre que te pillo", donde su particular herramienta hace más peculiar aún la película.

Por supuesto conforme a la moda imperante y a los tabúes de entonces, los pechos femeninos son el revelador marco que le da calor a las escenas, mal actuadas pero con jovencitas que ante los cánones ridículos de hoy donde se privilegia la anorexia, se ven bastante mejor conservadas y alimentadas, aunque su rango de edad ni se acerca al de estudiantes de secundaria.

La verdadera masacre de este film de culto es verla por más de una hora con la esperanza que en algún momento nos abofetee con algo más explícito, sea sexo, sangre, un susto. Cualquier cosa que nos saque del sopor. Deberían dar una polera que diga "Yo ví The Slumber Party Massacre y no me dormí".

Sí tiene o no otras lecturas más profundas, como el machismo o es precursora de un género invaluable, eso es otro cuento. Pero como alternativa de cine, esto es solo para los masoquistas, los investigadores y adoradores de los detalles del cine que el resto de la gallada no pretende ni quiere saber, ya que dentro de su bendita ignorancia, solo quiere pasarla bien un rato.

Aporta como documento de época, como fotografía del momento del cine a comienzos de los ochentas, de sus estándares y límites así como la creatividad para sortear las dificultades. Pero sin el caldo de cabeza, omitiendo la intelectualidad y apegándose a lo honestamente recomendable, es un hito de lo freak -tanto que sacó secuela- y verla es solo para satisfacer el morbo de cada yerro.

Recomendación:
Débil. De culto, elemental pero por su precariedad. Simpática, pero sobrevalorada

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
buyinski
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