Una de las películas más divertidas que he visto últimamente. Ver "Resacon en las Vegas" es encontrarte con situaciones desternillantes de principio a fin.
Con mucho ingenio -que no inteligencia- el guionista -Tod Phillips en realidad- ha sabido exprimir al máximo una historia que podría caer en el error de no alejarse demasiado de lo que nos podemos encontrar en las comedias americanas de amigos que se van de juerga. Lo tiene todo para ser un producto entretenido, de los que me gustan: amigos que viajan en coche (Road Movie), pandilla molona, Las Vegas... Pero también la película tenía el peligro de caer en numerosos tópicos, contar con personajes estereotipados, ser una película en definitiva de las denominadas "del montón".
¿Que es lo que hace a esta brillante y genial comedia tan divertida? Responder a esta cuestión es más complicado de lo que parece. Puede ser que el ingenio lo ofrezcan cuatro amigos ciegos hasta los topes y su habilidad para afrontar las peliagudas situaciones. Puede ser, quien sabe, si, estás en un día tonto y prefieres desconectar y lo que ves se absorbe de un tirón. Puede ser, porqué no, que al final hasta un tigre o una gallina en un piso moderno encajen en esta historia cotidiana. ¿cotidiana?
Mi respuesta está ahí. La película narra la historia de unos amigos que van a pasar unos días en las Vegas y con la intención de coger el ciego, se comportan como mas de uno se comportaría -todo un poco exagerado-.
Ese retrato queda perfecto, es imposible hacer reír con tan poco. Y tan poco, no impide que no podamos hablar de ingenio. Ingenio, por montar de cualquier cosita la fiesta padre. Y esa fiesta ha sido para mi, todo un regocijo ante tantas decepciones que nos da la vida. Sobretodo, más que un regocijo, un placer haber sido participe del viaje.