La idea inicial no está mal. Tratar la minusvalía desde otra perspectiva, otorgándole naturalidad y normalidad a este tema. Pero se queda en eso sólo una idea. El mensaje no llega.

Los actores (en especial Millán), sobre actuados y Tejero nunca debió salir de la portería. Millán, en el papel de sordomudo, carece de credibilidad, el hecho de que no se le entienda no hace su personaje más real, creo que es un error aunque no creo que nos perdamos nada.
Lo mejor de la película: Nacho Vidal. Con eso lo digo todo. Ah! y por supuesto mi querido Albert Espinosa en el papel de cura.