Este "El palomo cojo" me ha resultado de lo más decepcionante.

Entiendo que la idea es crear una galería de personajes estrambóticos que, al final, te resulten entrañables.

Nada más lejos de la realidad y es que los personajes, además de la inexistente trama, son el talón de Aquiles de esta cinta.

- La bisabuela interpretada por un hombre (¿por qué? en serio ¿por qué? ¿alguien sigue pensando que los hombres travestidos son graciosos?) y que se limita a gritar y repetir unas pocas frases. ¿Qué le ocurre? Nadie lo sabe, ni parece que le importe.

- El tío abuelo, interpretado (es un decir) por Paco Rabal que habla, gesticula, se mueve y se le entiende tan poco como en cualquier intervención pública del actor en su vejez.

- El niño protagonista, cuyos actos no pueden ser más imprevisibles e inexplicables.

- "La Mari", esfuerzo interpretativo elogiable de María Barranco, pero personaje cuya única finalidad parece ser (qué raro) excitar sexualmente a los personajes masculinos, sin que sepamos por qué ni por qué no.

El personaje más salvable sería el de Carmen Maura, quizá gracias a la soberbia actriz.

En definitiva, un conjunto deslavazado de situaciones que, las mayoría de las veces, no llevan a nada y de personajes absurdos sin evolución ni justificación ninguna.